Olleros brinda la segunda estrella Michelin a Galicia, la "musa" que le inspira

El propietario de Culler de Pau se siente feliz por la distinción lograda por su restaurante
Javier Olleros, en su restaurante. EFE
photo_camera Javier Olleros, en su restaurante. EFE

El cocinero Javier Olleros se siente "contento y feliz" por haber convertido su Culler de Pau, en O Grove, en el primer restaurante de Galicia en obtener dos Estrellas Michelin.

Y a Galicia, la "musa" que le inspira en los fogones, le brinda un éxito por el que afirma sentirse un privilegiado, ya que en esta tierra "hay mucha gente que lo está haciendo muy bien" y que no ha tenido un reconocimiento que, en su caso, "nunca esperas porque no depende de uno".

En una entrevista con Efe, admite que existía "ese runrún que hay todos los años" de que pudiera entrar en la quiniela de posibles premiados, al igual que "muchos otros compañeros".

Para Olleros, sin embargo, el "verdadero éxito" es llevar al frente de su restaurante once años, aunque celebra que a Galicia, en el ámbito gastronómico, "se nos mire por fin con la fuerza y el interés con los que se nos debería mirar desde hace mucho tiempo".

Galicia tiene mucho que ver, insiste Olleros, en el éxito de Culler de Pau. "Yo entiendo la gastronomía desde el lugar que me permite ser lo que soy", apunta acerca de su filosofía de trabajo, ya que considera que "lo que tengo cerca es lo que me va a dar carácter, personalidad e identidad".

"Lo que me gusta cuando se sienta un comensal es que sepa el lugar en el que está, el momento en el que está porque trabajamos con las estaciones y poder estar a la altura de este paisaje hermoso que tenemos", subraya el chef de O Grove.

"Una de mis mayores satisfacciones es poder regalar todo esto con emoción a la familia y devolverles lo que tanto me dieron"

Para Javier Olleros, Galicia es "nuestra particular musa a la hora de pensar en platos". Por los productos que ofrecen el mar y la tierra camina su propuesta gastronómica; elementos que, relata el cocinero gallego, "nos dan un montón de pistas para ser diferentes, para poner calidad en una mesa y para ser creativos".

Su otro pilar, afirma sin dudarlo, es el entorno que conoce "desde pequeñito" y las personas con las que convive cada día.

Por eso afirma que una de sus mayores satisfacciones es "poder regalar todo esto con emoción a la familia y devolverles lo que tanto me dieron en forma de valores, de cariño, de amor y de estar siempre ahí pensando en los demás".

Las dos Estrellas Michelin que lucirán a partir de ahora en su restaurante son una alegría en un año "difícil para todos", asegura el cocinero de Culler de Pau, que recuerda el "gran esfuerzo" que están realizando "todos los compañeros para seguir a flote con sus proyectos".

Aunque prefiere ser optimista y destacar que "ya parece que hay luz al final del túnel", Olleros no duda en afirmar que "tenemos que ser consecuentes y tratar de ayudarnos entre nosotros" y, al mismo tiempo, "exigir que no se deje caer a un sector tan importante". 

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