Localizan una 'guardería' de cocaína de una poderosa red de narcos oculta bajo caballos

Una histórica operación de la UCO de la Guardia Civil logra llegar a la cabeza de uno de los grupos de O Salnés que maneja mayor cantidad de droga ►220 kilos de sustancia y 640.000 euros en efectivo, saldo del operativo del miércoles
Uno de los investigados, sentado en una de las localizaciones objeto de registro justo delante de las mochilas que contenían el gran alijo de cocaína. UCO
photo_camera Uno de los investigados, sentado en una de las localizaciones objeto de registro justo delante de las mochilas que contenían el gran alijo de cocaína. UCO

Cada vez que entra un alijo por las costas de las Rías Baixas (una circunstancia recurrente en los últimos meses, no hay más que recordar el narcosubmarino vacío), las organizaciones gallegas se quedan con una pequeña parte del mismo en forma de comisión por su trabajo. Ese trozo del pastel, que deja de ser pequeño cuando se introducen cargamentos de varias toneladas, permanece oculto, "enfriándose", en el argot de los narcos, a la espera de que baje la presión policial para proceder a su distribución. En ese papel se ubicaba, según pudo acreditar el Equipo Contra el Crimen Organizado de Galicia (ECO Galicia) tras la operación del miércoles, la red dirigida por Marcelino B.B., objetivo de alto valor para todas las fuerzas de seguridad que persiguen el ilícito negocio en el Noroeste Peninsular, conscientes de su papel como distribuidor, a través de coches habilitados a tal efecto, de esos paquetes de droga que llegan a O Salnés por vía marítima. El resultado de una investigación de más de un año fue espectacular: diez detenidos, entre ellos el presunto líder del entramado, y el hallazgo de un zulo en un galpón en que dormían sus caballos, en la parroquia vilagarciana de Rubiáns, de 220 kilos de cocaína, cantidad "recién llegada", aún dentro de las mochilas en las que se introducen los paquetes en Sudamérica, y almacenada allí a la espera de salir hacia el resto de la Península Ibérica.

La retirada de uno de los caballos que 'custodiaban' la cocaína. UCO
La retirada de uno de los caballos que 'custodiaban' la cocaína. UCO

La operación se centró en el gran chalé de Rubiáns que congregó la atención mediática el miércoles, pero tuvo ramificaciones en Vilanova, Porriño, Ponteareas, Tui, Viveiro (Lugo) y hasta Melilla, además de en Vigo, donde se encontraba una figura que resultaba clave para la logística criminal: el responsable de un taller clandestino. Su misión no era otra que preparar los vehículos con compartimentos ocultos (caletas) de forma que los transportes de cocaína, que llegaban a gran parte de las provincias españolas y también a Portugal, pasasen inadvertidos ante cualquier control superficial de las autoridades en carretera. Tal era su confianza en estos compartimentos que la red de Marcelino B.B. no hacía uso de los clásicos vehículos lanzadera, esos coches que circulan unos kilómetros por delante del que lleva la droga para advertir de los citados controles.

Otra característica de la red desmantelada es la relación muy estrecha entre sus integrantes, "unidos por vínculos familiares".

De los diez detenidos, finalmente uno quedó en libertad con cargos, cuatro ingresaron en prisión, entre ellos el supuesto jefe, y los cinco restantes podrán eludirla bajo fianza.

Alto nivel de vida con sociedades en quiebra

Uno de los elementos que llamó la atención a los investigadores a lo largo de los meses en los que desarrollaron las pesquisas era el alto nivel de vida que mostraban, con la constante adquisición de vehículos de lujo, la posesión de un importante capital inmobiliario y la adquisición de mobiliario de altísima gama a nombre de cónyuges o familiares, además del disfrute de viajes exclusivos. Al mismo tiempo, las indagaciones de los agentes de la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil sirvieron para saber que las sociedades en las que participaban los sospechosos se encontraban en "grave estado de déficit declarado". Este desequilibrio fue otro indicio de peso para la investigación, al tiempo que sirvió para realizar "un exhaustivo análisis económico y patrimonial sobre los principales miembros de esta organización y de sus sociedades, permitiendo todo ello la imputación de otros delitos, como el blanqueo de capitales", detalla la Guardia Civil.

El Instituto Armado incide en que históricamente, el conjunto de este tipo de actividades delictivas, se encuentran profundamente arraigadas en determinadas zonas de población, aflorando en las mismas una economía sumergida que ha generado entramados societarios y actividades económicas de distinta índole, que se nutren directa e indirectamente de los beneficios obtenidos del tráfico de estupefacientes, "siendo un objetivo prioritario para los investigadores el erradicar los aparatos económicos y financieros que estas organizaciones criminales, muy asentadas en el Noroeste Peninsular y en otras zonas de nuestro país". Este flujo de dinero negro se da especialmente en las Rías Baixas gallegas y en distintos puntos de Andalucía, especialmente en la Costa del Sol y el Campo de Gibraltar, todo ello por las vinculaciones directas de esos enclaves con el crimen organizado y, en particular, con el narcotráfico.

En el marco del presente operativo, los agentes intervinieron la destacada cantidad de 640.000 euros en efectivo, lo que da una idea muy clara del poder económico de la organización. Además, inmovilizaron más de cuatro millones de euros entre sociedades mercantiles, bienes inmuebles, embarcaciones y cuentas bancarias bloqueadas. La mayor parte de los bienes estaban relacionados directamente con el presunto jefe de la organización y su entorno más próximo.

La aportación de Europol y su tecnología resultó clave

La Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil explicó este viernes que la colaboración internacional y, en concreto, el apoyo de Europol, resultó fundamental para el buen fin de las investigaciones, pero especialmente en su inicio, hace ahora algo más de un año.

En el marco de la fase de explotación de la operación, los agentes del Instituto Armado hallaron distintos elementos tecnológicos empleados para el delito, incluidas ‘raquetas’ para la detección de radio frecuencia, inhibidores, al menos un teléfono con capacidad para repetir señal vía satélite y numerosos terminales con sistemas operativos encriptados.

Precisamente en la desencriptación de las comunicaciones empleadas por las organizaciones criminales que operan en toda Europa está el secreto de muchas de las operaciones exitosas de las policías de todo el continente de los últimos meses. Las autoridades han conseguido llegar a los medios técnicos que manejan los narcos (no a todos, pero sí a parte de ellos), lo que les ha permitido conocer su modus operandi de forma precisa.

La presencia de personal de Europol, procedente en muchas ocasiones de Holanda, se ha convertido en una tónica habitual en las últimas operaciones que se desarrollan no solo en Galicia, sino en el resto de España, con el fin de obtener datos relevante mediante ese acceso a las comunicaciones que hasta hace poco parecía impensable.

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