Malestar y resignación en O Grove, único concello en nivel máximo

El mantenimiento del nivel máximo afectará sobre todo a la hostelería y al comercio grovenses que "no terminan de ver la luz al final del túnel"
Turistas disfrutando de la terraza de un bar de O Grove. JOSÉ LUIZ OUBIÑA
photo_camera Turistas disfrutando de la terraza de un bar de O Grove. JOSÉ LUIZ OUBIÑA

Los vecinos y visitantes de O Grove se han despertado esta mañana con el sabor agridulce de ver como su municipio se mantiene en nivel máximo de restricciones mientras el resto de la comunidad puede comenzar a respirar gracias a la buena evolución de los datos de incidencia por la covid-19.

El sector de la hostelería, principal afectado por el mantenimiento de las restricciones se encuentra resignado ya que, según Sira Santiso, propietaria del Cafuné Pan&Café, "se están organizando cosas cuando nosotros tenemos unas restricciones en el interior y en el exterior que son absurdas".

Sira Santiso, hostelera: "Hubo ya muchas cancelaciones, se fueron muchas familias con hijos de 15-16 años que no están vacunados"

La hostelera deja clara su postura alegando que "en este nivel tengo que asegurarle al cliente que es un sitio seguro pidiendo certificados, y me dejan tener solo el 30% del aforo, deberían dejar tener el 100%, no tiene sentido". Aún así, considera, con respecto a la situación del municipio en las próximas semanas, que "aún siguiendo con las mismas restricciones la gente vendrá igual porque ya ha estado viniendo hasta ahora".

"Los que saben que aquí continúan estas restricciones y que en otros sitios no las hay, se irán" así sentenció Ana Araujo, propietaria del bar El Puerto, la problemática que le supondrá el mantenimiento de este nivel a los hosteleros grovenses.

Ana Araujo, hostelera: "La gente no viene relajada, no tienen paciencia ninguna lo que hace que trabajemos a disgusto"

Pero también el comercio se podrá ver afectado si la bajada del turismo o el éxodo a otros municipios de clientes y consumidores se convierte en una realidad.

Por una parte, Lorena Prieto, empleada de la tienda Brétema comentó que "nosotros mientras sigamos así, vamos bien, aunque si bajáramos de nivel, creo que tendríamos aún más gente porque aquí la hostelería nos dá la vida".

En cambio, María del Carmen Fernández, de la tienda de regalos A Fonte de Cerámica, expresó su descontento frente a los criterios de subida o bajada de los niveles, "no me parece bien, ni justo, ni normal, cuando sabemos que hay concellos con una incidencia mucho mayor que la que tenemos nosotros".

Mª del Carmen Fernández, dependienta: "La gente marcha y los más perjudicados somos nosotros. Logicamente, O Grove es quien sale perdiendo" 

Turistas y vecinos también continuarán viviendo con las restricciones pero entre ellos las opiniones distan de coincidir.

Raúl Ramos, de Cantabria, que se encuentra de vacaciones en la península, resalta que "vamos a donde queremos, no a donde nos indican". Otro ejemplo es Pilar Cañada, de Valencia, que comentó que "el Gobierno Local debe ser más flexible con todo lo que está pasando".

En cambio, Isabel Meis, de O Grove, lamenta la libertad sin límites, "lo que no considero muy normal es que no haya ninguna restricción de movilidad pero que seguramente cuando termine el verano nos vuelvan a cerrar perimetralmente". Además, la grovense también hizo una crítica al sistema de niveles, "sería efectivo si se cumpliese y fuera igual para todos, pero como no es igual y hay discriminaciones, no lo es".

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