El ocaso de las viejas glorias sanxenxinas

Las discotecas que marcaron época ▶ Mientras la mítica Pirámide sale de nuevo a subasta, en manos del Estado desde hace varios años, de Zoo tan solo queda el recuerdo y, en su lugar, los cimientos de una urbanización que cada vez cobra más altura. De la tríada que una vez formaron con Canelas, tan solo esta última se mantiene a flote
El cartel de venta mediante subasta en la puerta de la discoteca Pirámide. A.M.U.
photo_camera El cartel de venta mediante subasta en la puerta de la discoteca Pirámide. A.M.U.

No alcanzan los dedos de una mano para contar las veces que la mítica discoteca Pirámide procuró reinventarse en los últimos años. Desde su apertura a principios de los años 90 hasta su fiesta de despedida para cerrar alrededor de dos décadas de actividad en 2013, su futuro apuntaba a la subasta en 2017, ya en manos del Estado, después de que los investigadores constataran que el mítico local de ocio sanxenxino había servido para que el narcotraficante Manuel Abal Feijoo Patoco y José Antonio Fernández Blanco blanquearan los primeros beneficios de la introducción de la cocaína en las Rías Baixas. El nuevo intento de salida a subasta anunciado hace unos días, en un lote que incluye decenas de inmuebles procedentes de operaciones contra el narcotráfico, añade ahora un capítulo a la historia de la decadencia del emblemático local, que dedicó sus últimos estertores a la organización de despedidas de soltero, entre otras fiestas esporádicas cada sábado.

Sin embargo, la próxima subasta de Pirámide, que se llevará a cabo el próximo mes de diciembre en Madrid, no parece indicar, ni mucho menos, su vuelta al ruedo. Al contrario, y con el precedente de un anterior intento de subasta, nada apunta a un interés por las dos parcelas rústicas que forman el ámbito en el que se ubica, y que tienen un precio de salida de unos 80.000 euros.

Pero, en contraste con el lastre que arrastra Pirámide, a pocos metros, y en la misma Carretera de la Circunvalación que comunica Sanxenxo con Portonovo, mucha mejor suerte han corrido los propietarios de la antigua discoteca Zoo, de la que ahora tan solo queda el recuerdo.

El avance de la obra de la urbanización de viviendas en la antigua parcela de la discoteca Zoo. A.M.U.
El avance de la obra de la urbanización de viviendas en la antigua parcela de la discoteca Zoo. A.M.U.

El cierre definitivo de la reina de la noche de Sanxenxo en 2020, tras ser adquirida por la promotora Aedas Homes, un gigante inmobiliario que cotiza en Bolsa, y su posterior demolición, ha dado paso a la edificación de una urbanización con piscina y varias zonas verdes que va viento en popa. Así, en los terrenos de la antigua Zoo ya se comienza a levantar la urbanización que lleva por nombre Silgar, y que consta de un edificio de siete alturas con 57 viviendas de uno a cuatro dormitorios, según consta en el dossier de la promotora, con precios desde los 164.000 euros.

Zoo, que abrió al público el 24 de julio de 1985, llegó a ser un verdadero fenómeno de masas en el municipio que, en el día de su apertura, vació todas las salas de fiesta de Sanxenxo en hora punta. Con 30 años de trayectoria, eclipsó la noche gallega, tal y como reconocería en su despedida su antiguo gerente, Carlos Padín, quien, después del cierre de la discoteca en 2015, llegaría a confesar que todavía albergó esperanzas de resucitarla. Pero Zoo ya no era rentable y su modelo de negocio pertenecía a otra época. "No esperé a arruinarme con un Titanic como este. Llevábamos años con dificultades por los costes de mantenimiento y los gastos y con cero ingresos. Lo tuve muy claro, lo que no es rentable no puede seguir viviendo del pasado", aseguraría entonces a Diario de Pontevedra.

Canelas, la superviviente

De la tríada sanxenxina que una vez formaron Pirámide, Zoo y Canelas, ya solo esta última permanece a flote. Y no sin atravesar grandes dificultades también durante los últimos tiempos. Al igual que sus hermanas nocturnas, llegó un momento de que la también mítica discoteca, que abrió sus puertas en 1979 de la mano de otras grandes salas del momento como Equus, Lennon o Chanteclaire, tuvo que echar el cierre. Lo hizo primero en 2009 y, de forma definitiva, en 2012. Y así fue durante casi una década, hasta noviembre del pasado año 2021. Desde entonces, Canelas casi ha conseguido cumplir su primer año desde la reapertura, manteniendo toda la esencia que una vez marcó época, pero con una nueva línea gráfica en sus redes sociales, si bien se conserva intacta en el interior.

Fachada de la discoteca Canelas, que continúa en activo. RAFA FARIÑA
Fachada de la discoteca Canelas, que continúa en activo. RAFA FARIÑA

La que una vez fue el gran proyecto del empresario sanxenxino e histórico presidente fundador del Consorcio de Empresarios Turísticos de Sanxenxo (CETS) José Luis Prieto, sale adelante hoy en día principalmente a base de eventos, como el único bastión del ocio sanxenxino de antaño que aún continúa en pie.
 

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