Ojo avizor contra los vertidos

El aumento de la vigilancia ha provocado un notable descenso en una práctica que puede acarrear importantes sanciones económicas. Aunque están cada vez más controlados, aún se producen abandonos de residuos en diferentes zonas del rural de Sanxenxo

Restos de obra localizados hace apenas unos días en el lugar de A Arnosa, en Vilalonga. CEDIDA
photo_camera Restos de obra localizados hace apenas unos días en el lugar de A Arnosa, en Vilalonga. CEDIDA

UNO DE LOS OBJETIVOS que se marcó el popular Juan Antonio Deza a la hora de asumir el departamento de Medio Ambiente fue poner freno a los vertidos ilegales, una práctica que, en años anteriores, llegó a ser un auténtico quebradero de cabeza para sus antecesores en el cargo. Las zonas del rural, especialmente en parroquias como Dorrón, Noalla o Vilalonga, llegaron a convertirse en focos de residuos, entre los que se podían encontrar desde electrodomésticos hasta sofás y colchones hechos pedazos.

Poco a poco, la tendencia empieza cambiar. El aumento de la vigilancia por parte de la Policía Local, así como de los operarios municipales, ha servido para que este tipo de prácticas, sancionadas con multas de hasta 600 euros, se hayan reducido drásticamente a lo largo del último año. "Seguimos detectando vertidos, pero a cuentagotas", explica el concelleiro del Partido Popular. Uno de los principales problemas a los que se enfrentan los agentes es a la dificultad que existe a la hora de localizar a los infractores. Y es que, a no ser que los descubran con las manos en la masa, resulta muy complicado identificarlos, a no ser que entre la basura se encuentren restos de material de alguna empresa concreta, como ya sucedió en el pasado.

Un problema añadido son los transportistas de residuos no autorizados, que van casa por casa pidiendo chatarra

Que el abandono de porquería todavía es una realidad se pudo corroborar hace apenas unos días, cuando se encontraron restos de obra en uno de los enclaves más emblemáticos de la parte norte de la ría: el lugar de A Arnosa, en la parroquia de Vilalonga. Está previsto que a lo largo de la jornada de hoy concluyan las tareas de limpieza. Restos de podas, material de obra, voluminosos y electrodomésticos son los residuos más habituales en estos focos de suciedad.

TRANSPORTE ILÍCITO. Además, el Concello se enfrenta a otro problema añadido: los transportistas no autorizados. Se trata de personas que van casa por casa, especialmente en las zonas del rural, pidiendo a los vecinos que les entreguen chatarra y objetos que no utilizan habitualmente. "Por desgracia, aunque es algo ilegal, se trata de una práctica muy frecuente", lamenta Juan Antonio Deza, que incide en los daños que puede causar esta gente, ya que "todo lo que no les vale lo tiran al monte".

Por fortuna, cada vez son más los vecinos que apuestan por utilizar el Punto Limpo Municipal. Situadas en el lugar de As Cereixeiras, en la parroquia de Padriñán, estas instalaciones trataron más de 7.000 kilogramos de residuos a lo largo del año pasado. Juan Antonio Deza destaca que, aunque todavía hay personas que optan por abandonar los restos en enclaves naturales, "sin tener en cuenta las nefastas consecuencias que pueden tener este tipo de actos", afortunadamente son mayoría los vecinos que hacen uso del Punto Limpo.

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