Penas mínimas para el dueño de un laboratorio de droga en O Salnés

Detenido en 2013 en el marco de la operación Zeus, se beneficia ahora del colapso judicial en Pontevedra y no volverá a la cárcel
Dinero y objetos incautados en el operativo. CNP
photo_camera Dinero y objetos incautados en el operativo. CNP
Una causa de 2013 que se juzga en 2021 no podía tener otro final más que una condena muy beneficiosa para los investigados. Eso es lo que sucedió en el caso de una de las piezas separadas de la operación Zeus que quedaban pendientes, que se salda con penas de dos años de prisión para tres investigados dedicados a la venta y, al menos en uno de los casos, también al procesado y la preparación de droga, principalmente heroína. En su caso, tenía en su vivienda de Sisán (Ribadumia) un auténtico laboratorio, lo que no fue suficiente para una condena de peso merced a la lentitud de un proceso iniciado en un juzgado de Lugo (por Pilar de Lara) y que concluye ahora su recorrido en la Sección Cuarta de Pontevedra.

Los ahora condenados fueron objeto, junto a varias personas más que han sido juzgadas en otros procesos separados, de una laboriosa investigación a cargo del ahora desaparecido Grupo Operativo de Tráfico Medio de Estupefacientes de la Comisaría de Pontevedra, que culminó con el citado registro en Ribadumia y otros en el poblado de San Simón, en Baión (Vilanova), entre otros enclaves.

En el caso concreto de las tres personas que ahora reconocen los hechos (segunda atenuante, además de dilaciones indebidas, confesión tardía), fueron cazados in fraganati en distintos puntos de O Salnés realizando transacciones de sustancias estupefacientes, especialmente heroína.

Para tener clara la relevancia criminal del individuo que dirigía el laboratorio basta con ver los hallazgos policiales en su vivienda de Ribadumia: hasta cuatro básculas de precisión, dos molinillos de café,una prensa y tres planchas metálicas (todo ello con restos de drogas), innumerables teléfonos móviles y tarjetas, varios kilos de productos químicos empleados para cortar la droga y diversos útiles e indicios más.

Las penas pactadas para los tres, dos años de prisión y multas de entre 9.000 y 30.000 euros.