Dos semanas después de haberse reincorporado a su puesto de registrador de la propiedad en Santa Pola (Alicante), Mariano Rajoy recupera sus antiguas costumbres. Como sucedió a lo largo de los últimos años, ayer recorrió la empinada senda de la Ruta da Pedra e da Auga, que concluye en el majestuoso Mosteiro de A Armenteira (Meis). Y, como sucedió en anteriores ocasiones, quien lo acompañó fue el caminante que lo hizo habitualmente, José Benito Suárez, el presidente de la Autoridade Portuaria Marín-Pontevedra y esposo de la presidenta del Congreso, Ana Pastor.
Mientras los militantes del Partido Popular protagonizan el primer acto que marcará su destino en los próximos años, con una votación, su presidente prefirió la tranquilidad de su tierra que tan bien conoce.
Haber sido desalojado recientemente del timón de mando de España tampoco cambió el ritmo de Mariano Rajoy, que después de haber realizado la caminata, se acercó hasta el Gran Talaso Sanxenxo para comer en compañía de su esposa, Elvira Fernández y una de sus estrechas colaboradoras.
Su presencia en la comarca de O Salnés no pasó desapercibida y generó la expectación que caracterizó las visitas anteriores. La jornada no dejó de ser similar a las de las elecciones, y es probable que la hubiese finalizado prestando atención a los resultados que deparó la votación en la que participaron los militantes de su partido.
