La reina de las tortillas se despide: adiós al mítico Bar Medusa de Sanxenxo

La jubilación de Visi Leiro ha puesto putno y aparte a la trayectoria de un referente en la hostelería local de Sanxenxo
Visi y Pepe (centro) junto a su hija, sobrinas y nietas, en el interior del Medusa. RAFA FARIÑA
photo_camera Visi y Pepe (centro) junto a su hija, sobrinas y nietas, ayer en el interior del Medusa.

"Moitos dos que antes ían tomar os cubatas cando o Medusa estaba na Avenida de Madrid, agora xogaban ás cartas e tomaban o pincho de tortilla en Viña da Fonte". Así recuerda Inés Torres, la hija del matrimonio formado por Visi Leiro Piñeiro y José Torres Magariños, la trayectoria de un bar que vio envejecer a una generación de sanxenxinos. Tras casi medio siglo como referente de la hostelería local, el Medusa se despide por la jubilación de Visi, alma máter de la que ya era la casa de todos los vecinos y vecinas del barrio, e inigualable maestra de las míticas tortillas y cafés con churros del local.

El Medusa comenzó en la Avenida de Madrid, con Pepe o do Medusa y su socio y cuñado, Usolino, trabajando codo con codo. Fueron más de 25 años de una primera etapa que toda la familia recuerda con especial cariño hacia Usolino que, aunque ya no está, fue uno de los pilares que llevarían al Medusa a hacerse un nombre. Fue una época de juventud y de cubatas en la barra de un negocio que dio sustento a una familia de cinco hijos. "Cando eramos pequenos era meu pai quen traballaba alí, e despois tamén a miña nai, cando xa non se tiña que ocupar de nós", relata Inés, orgullosa del trabajo de unos padres que se labraron una vida "man a man".

El Medusa comenzó en la Avenida de Madrid, pero lleva en Viña da Fonte desde hace 23 años

Hacía ya 23 años que el Medusa se había instalado en el número 10 de la calle Viña da Fonte, donde fue cambiando con el paso de los años acorde a la clientela, que también se hizo mayor. Las partidas de chinchón y dominó, el bizcocho casero, los cafés, la tortilla y la bica de Visi se convirtieron en una tradición. El coto de cazadores al completo, del que Pepe o do Medusa formaba parte, pasó a ser parte de su clientela estrella, así como la afición futbolera que acudía a ver los partidos. "Os clientes de toda a vida, a nosa xente sempre nos foi fiel", resume Inés con nostalgia. Durante los últimos 10 años, ella misma echó una mano a sus padres en el bar, del que la propia Visi cogió todas las riendas hace ya siete años, con la jubilación de su marido.

Ahora, a dos días de pasar a ser pensionista oficialmente, Visi se despide del Medusa con mucho cariño, y también con pena, un sentimiento en el que la acompañan, sobre todo, su marido Pepe y el resto de la familia. A pesar de ello, se van con satisfacción de haber dado lo mejor de si mismos en todos estos años. "Estivemos traballando ata o último día coa nosa clientela. O bar nunca pechaba, só en Ano Novo e Nadal, e abría domingos e festivos, dende as sete da mañá ata que marchaba o último cliente", asegura Inés. Así, con el descanso bien merecido, Visi se despide de su rutina al frente de los fogones y, de ahora en adelante, reserva las tortillas para su familia, y quizás algún allegado nostálgico que timbre a su puerta.

NUEVA ERA. Las partidas de cartas de la tarde solo pararon cuando la covid-19 así lo requirió. Aunque durante el confinamiento tuvo que estar cerrado, la familia Torres Leiro aprovechó las primeras salidas para darle un lavado de cara al Medusa, con algunas reformas y una nueva capa de pintura. "Naquel momento aínda non sabiamos se finalmente algún dos fillos ía querer quedar co bar, pero ao final decidiuse o traspaso porque cada un xa ten o seu traballo".

La familia se despide tranquila del Medusa, sabiendo que lo deja "en boas mans". Los nuevos dueños, que en unos días se harán cargo del local para proceder a su reapertura, han prometido seguir con la tradición de la tortilla, aunque ya no sea la de Visi. La reciente reforma facilitó el cambio de mando, ya que el establecimiento se encuentra listo para volver a la acción, ahora en una nueva etapa que conllevará algún que otro cambio aunque, según le consta a la familia, conservará el concepto de "bar familiar".

La nueva gerencia conservará el concepto de bar familiar

Aunque el mítico Medusa se va, la tradición no abandona de todo a la familia. El legado del bar vivirá a través del hermano mayor de los Torres Leiro, Jose, quien, junto a su pareja, ha cogido las riendas de un restaurante en el centro de Sanxenxo, hace dos años, al que tan pronto como pudieron le cambiaron el nombre para llamarle, como no podía ser de otro modo, Medusa. El restaurante, situado en el bajo número 10 de la calle Lugo, es también una nueva ventana a la tradición hostelera de la familia.

Su predecesor se despide tras casi medio siglo trabajando "arriba e abaixo e sacando adiante unha familia enteira", tal y como recuerda Inés. Es por ello que hoy la familia solo tiene palabras de agradecimiento. "O Medusa non deixa clientes, deixa amigos".

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