Las reparaciones obligan a invertir 1,9 millones en el Auditorio de Vilagarcía

Actualmente está siendo acondicionada la terraza en la que se asienta la instalación
Imagen de una de las fachadas laterales de la instalación cultural. FERNANDO SALGADO
photo_camera Imagen de una de las fachadas laterales de la instalación cultural. FERNANDO SALGADO

Cuando Javier Gago gobernaba Vilagarcía, y mantenía tal sintonía Xosé Cuíña Crespo que el Concello nombró Fillo adoptivo al conselleiro de la CTOPV, la explanada situada frente a la Avenida da Mariña dejó de ser un estacionamiento de camiones y una sucesión de baches para convertirse en el parque de mayor extensión del municipio.

Miguel Hernández es el poeta predilecto del ex-regidor, de ahí que lleve su nombre, y que en varios lugares figuren fragmentos de sus poemas grabados en bronce. Uno de ellos corresponde al Cancionero: "En este campo estuvo el mar/Alguna vez volverá/Si alguna vez una gota/roza este campo, este campo/siente el recuerdo del mar/Alguna vez volverá". 

Sobre esta parcela, que era mar a mediados del siglo pasado, fue construido el Auditorio Municipal, cuya iniciativa correspondió a ambos, y se convirtió en una especie de dios que exige inversiones constantemente. Los defectos en su construcción, iniciada en el año 2000, hicieron necesario el desembolso de más de 600.000 euros para realizar diversos cambios y reparaciones. Es un ciclo que comenzó antes de su inauguración.

Encontrar tierra firme para la cimentación hizo necesarios 500.000 euros que no figuraban en el presupuesto inicial, que era de cinco millones, y su inauguración se celebró por todo lo alto en 2003. Pero era solo el inicio de una cadena de problemas. El siguiente fue el desprendimiento de las losas de su fachada, que exigió de las arcas autonómicas un gasto añadido de 549.937 euros. Dotar las instalaciones de unos los locales de ensayo supuso otros 84.690 más cuando el bipartito PSOE-BNG estaba al frente la Administración autonómica.

Y ahora es necesario emplear 192.000 en el arreglo de su terraza, cuyas losas están desencajadas, convirtiendo el ejercicio de caminar sobre ellas en una actividad no exenta de riesgos, especialmente cuando llueve.

La intervención requerirá no menos de dos meses, pero la actividad no se detiene. El Concello y la compañía constructora habilitaron un acceso provisional a las instalaciones.

La obra fue adjudicada a finales de septiembre del año 2020, pero el mal tiempo y la crisis sanitaria provocaron el retraso en su inicio. La reparación se financia a través de la Diputación.

Consistirá en el levantamiento del solado, la impermeabilización de su base y la colocación de un nuevo y mejor sistema de pilotaje para el asentamiento de las losas. La rampa será ampliada y la barandilla de hierro, sustituida por una de acero inoxidable.

Los cinco millones iniciales se convertirán en 6.926.607 euros, pero la parcela seguirá siendo un terreno ganado al mar. Y el agua tiene memoria.

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