Prometió volver “pronto” a Galicia y así lo hizo. El rey emérito ya está en Sanxenxo, tan solo 55 días después de despedirse del municipio en la que ya es su cuarta visita desde su marcha a Abu Dabi.
Sin salirse un ápice del guión que trascendió en los últimos días, hacía su entrada a las 14.28 horas en casa de su amigo y presidente del Real Club Náutico, Pedro Campos, que volverá a acogerle en su vivienda a lo largo de toda la semana también por cuarta vez consecutiva. Lo hacía tras aterrizar a las 13.30 horas en el aeropuerto de Peinador (Vigo), en un vuelo directo Bombardier Global 6000 que partió a las 7.50 horas de Abu Dabi, con 20 minutos de retraso. Sonriente y saludando a los medios, pero sin articular palabra, llegó a casa de Campos a bordo de un vehículo condicido por el presidente del Náutico, también en compañía de la mujer de este, Cristina Franze.

Aunque el objetivo de las repetidas visitas de Juan Carlos I a lo largo del último año es el de “normalizar la situación”, según apuntaron fuentes cercanas a la Casa Real, esta última llegada tampoco ha estado exenta de la ya habitual nube mediática que le acompaña en Sanxenxo. En este sentido, aunque con un nivel de interés mucho más rebajado que en las anteriores ocasiones, alrededor de una decena de medios de comunicación de alcance local, gallego y nacional siguieron la llegada del emérito al que ya se ha convertido en su cuartel general.
En contraste con otras ocasiones, esta vez ningún curioso hizo acto de presencia en las inmediaciones del inmueble para recibirle, en un clima mucho más tranquilo. Así, el despliegue de seguridad también ha sido menor, con el habitual dispositivo de la propia escolta del rey emérito, que rastreó con un perro las inmediaciones de la casa de Campos dos horas antes de su llegada, pero sin presencia de la Policía Local, y con una discreta actuación de la Guardia Civil de Tráfico para asegurar el operativo.

Se prevé que el rey emérito pase la jornada descansando en compañía de sus allegados en el interior de la vivienda de Nanín, y que a partir de mañana comience los entrenamientos desde el pantalán del Náutico para la octava Regata Rey Juan Carlos I, que disputará desde el jueves. Precisamente, ese mismo día coincidirá en O Salnés con su hijo, Felipe VI, que acudirá al Foro la Toja, a tan solo 15 km de su padre, si bien no está previsto ningún encuentro oficial entre ambos.

Iniciativa del BNG sobre los viajes a O Salnés
El portavoz del BNG en el Congreso, Néstor Rego, en una iniciativa parlamentaria, exige al Gobierno una posición oficial por los "ya habituales viajes" de Juan Carlos I a Sanxenxo, que considera "una burla a la gente".
El diputado quiere saber qué tipo de dispositivo de seguridad se va a llevar a cabo durante esta semana de estancia del rey emérito y cuál va a ser el coste para las arcas públicas. "Se está colaborando con estos viajes con dinero público", señala en un comunicado.
Rego censura esta nueva visita y afirma que "comienzan a ser habituales". "Está claro que se pretende dar carta de normalidad a fuerza de establecer una costumbre. Puede parecer que si se hace costumbre dejará de ser algo anormal y será asumido como parte de la vida cotidiana hasta que nos olvidemos de que cometió, cuando menos, 5 delitos fiscales", dice en referencia a Juan Carlos I.