Sanxenxo, su refugio durante más de veinte años

El exjefe del Estado visitó el municipio por primera vez en 1957, pero no fue hasta el 2000 cuando su vinculación con la localidad se afianzó gracias a su pasión por la vela y su amistad con Pedro Campos

La vinculación de Juan Carlos I con la provincia de Pontevedra se remonta al año 1957, cuando, en el mes de agosto, ingresó en la Escuela Naval Militar como alumno, finalizando sus estudios al año siguiente con la graduación de alférez de fragata. Una etapa de la que siempre ha guardado un grato recuerdo, según han confirmado en numerosas ocasiones sus más allegados.

Desde ese momento, su relación con Marín se mantendría intacta a lo largo de los años, tanto es así que el propio don Juan Carlos dio todas las facilidades para que su hijo, el rey Felipe VI, fuese nombrado Hijo Adoptivo de la ciudad en 1983, siendo alcalde Antonio Pena Piñeiro.

Además, es imposible olvidar todas sus visitas institucionales a la Escuela Naval. Una de las últimas fue en junio de 2017, con el 300 aniversario de la Real Compañía de Guardamarinas.

La huella de Juan Carlos I en la ciudad del Lérez se remonta también a 1957, cuando, con apenas 19 años, visitaba el museo de Pontevedra. Sin embargo, la visita más importante fue una vez muerto Franco, en el año 1976. Visitó el ayuntamiento, siendo alcalde Queizán Taboada, y fue recibido en el Santuario de A Peregrina para celebrar allí un Tedeum.

La villa que se convirtió, gracias a la vela, en su segundo hogar

Al margen de todos sus viajes oficiales, para don Juan Carlos su refugio siempre ha sido el municipio de Sanxenxo. Su primera visita a esta villa se produjo en 1957, siendo guardamarina en la Escuela Naval de Marín. Sin embargo, su conexión con esta localidad no se retomó hasta 43 años más tarde. Fue gracias a su afición a la vela y, precisamente, a través de Pedro Campos, el actual presidente del Real Club Náutico de Sanxenxo e íntimo amigo suyo.

El exjefe del Estado acudió a la presentación del equipo nacional de vela Telefónica Movistar que competería después en la regata Sardina Cup. Esa primera visita al municipio sanxenxino no duró más de una hora, pero el suceso paralizó por completo a toda la villa.

Desde primera hora de la mañana, numerosos grupos de personas fueron agolpándose en los alrededores del puerto, fuertemente vigilados por agentes de la Guardia Civil, Policía Local y Protección Civil. Al acto no faltó nadie, desde el entonces presidente de la Xunta, Manuel Fraga, pasando por el secretario de Estado para el Deporte, Juan Antonio Gómez Angulo, y terminando con el delegado del Gobierno, Arsenio Fernández de Mesa; conselleiros como Pérez Varela, Del Álamo y Cuíña Crespo; la directora general de Citroën, Magda Salarich; así como altos cargos de Telefónica.

Tras posar con todas las autoridades y firmar en el Libro de Honor del Club, Juan Carlos I se embarcó hacia la isla de Ons. Allí se celebró una comida privada en la que don Juan Carlos degustó, como aperitivo, pimientos de Padrón, pulpo de la isla, calamares de Portonovo y jamón de Jabugo; seguidos de camarones de Sanxenxo, empanada de zamburiñas, caldeirada de rodaballo salvaje y percebes de Ons.

Como curiosidad, en aquel momento don Juan Carlos compartió con Manuel Fraga su alegría después de que su nieto, Froilán, le llamase por primera vez abuelo.

Esta fue la primera de una larga lista de visitas que, en años posteriores, realizó a este municipio, la mayoría de ellas para participar en diferentes regatas. Aunque, sin duda, hay dos momentos que han adquirido ahora un peso más relevante. El primero de ellos se produjo en julio de 2019, cuando don Juan Carlos apareció junto a Sofía y la infanta Elena. Esta es la última imagen que existe de ellos tres juntos en Sanxenxo. Esta cita surgió con motivo de una cena organizada por el Real Club Náutico para agradecer la participación del Juan Sebastián de Elcano en el Trofeo Almirante Rodríguez Toubes.

Pero si hay una visita relevante de Juan Carlos I a Sanxenxo, esa es la que se llevó a cabo hace dos años, justo antes de que el exjefe del Estado pusiese rumbo hacia Abu Dabi. Don Juan Carlos decidió pasar su último fin de semana en España en este municipio, disfrutando con sus amigos y compañeros de regatas del Bribón. Se alojó, como hará este fin de semana, en la casa que Pedro Campos tiene en Nanín. Juan Carlos I se despedía, pero no para irse de vacaciones a países como Croacia, Turquía o el Caribe, como había hecho en otras ocasiones, esta vez era distinto porque lo hacía por un tiempo más indefinido. Un período que ha durado un par de años. Ahora, don Juan Carlos regresa al mismo lugar del que se fue. Una villa que le acoge con los brazos abiertos y en la que se siente como en casa.

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