La Praza de Galicia de Vilagarcía de convirtió este viernes en el punto de referencia del sector de la conserva cuyas factorías están ubicadas en las localidades de las rías de Pontevedra y Arousa.
"A igual traballo igual salario" es un de los lemas que corearon varios cientos de trabajadores que participaron en la concentración, celebrada para dar visibilidad a la primera de las tres jornadas de huelga convocadas por los sindicatos CIG, CC. OO. y UGT, una vez que rompieron las negociaciones para renovar el convenio colectivo.
Y es que una de las demandas centrales que abanderan es la equiparación de los sueldos y el fin a la discriminación en este apartado, porque en un sector con aplastante mayoría de personal femenino, sus ingresos son notablemente inferiores a los de los hombres incluso cuando su categoría es superior. Sucede, por ejemplo, entre un ordenanza y una encargada de sección, indicó Rosa Abuín, de CIG.
"Patronal, escoita, a conserva está en loita", cantaron también, y la razón que esgrimen para hacerlo es que la patronal quiere que la subida salarial sea del 3%, cuando el IPC está en el 6,5%. Ricardo Álvarez, de CC. OO., recordó el papel fundamental de este sector durante la pandemia, una etapa en la que incrementaron notablemente la producción y las ganancias, que ahora reclama que se redistribuya entre quienes lo hicieron posible.
Los convocantes cifraron en un 90% el seguimiento de la jornada de huelga, una respuesta que, reconocieron, superó las previsiones que barajaban
"Por un convenio xusto", gritaron en una concentración que comenzó a las 11.00 y finalizó una hora después. Los tres sindicatos exigen que se ponga fin a la alta temporalidad que caracteriza a este sector, y para ello plantean que se apliquen los contratos fijos-discontinuos, al entender que son los que mejor se adaptan a una actividad que está vinculada a las temporadas de captura de las distintas especies, que después son procesadas en las factorías.
En su relación de demandas también tiene cabida la alternativa de poder utilizar los permisos para ir al médico para acompañar a los padres o los hijos cuando precisan acudir a este servicio.
Los convocantes cifraron en un 90% el seguimiento de la jornada de huelga, una respuesta que, reconocieron, superó las previsiones que barajaban. La CIG denunció que la dirección de la empresa Frinsa, de Ribeira, amenazó con el despido a las trabajadoras que secundasen el paro. Do otro modo, el seguimiento hubiera sido total, indicó este sindicato.
