Transcurridos casi tres años desde que un conato de incendio puso en peligro la vegetación de la isla de Cortegada (Vilagarcía), este jueves se celebró en este enclave un ejercicio destinado a probar la efectividad de los medios para combatir el fuego y la coordinación entre los diversos estamentos implicados en esta responsabilidad. Pero la prueba no resultó lo efectiva que hubiesen deseado sus promotores porque la lluvia y la niebla impidieron la participación de los helicópteros.
Esta circunstancia fue decisiva para que los pilotos pudiesen comprobar si los dos puntos para aterrizar, situados en la zona norte, son los adecuados, y los medios aéreos son fundamentales para realizar el transporte de los equipamientos utilizados en la tarea de combatir el fuego.
Ante esta limitación, el ejercicio consistió en el despliegue realizado por los efectivos de la agrupación de Protección Civil, que se embarcaron en varias lanchas para trasladar hasta Cortegada las bombas y las mangueras utilizadas para captar agua de la ría y luchar contra un incendio que, según el ejercicio, se registró cerca del lugar donde se encontraba el poblado.
El simulacro se realizó con la marea alta, lo que facilitó la navegabilidad, pero si el incendio tuviese lugar cuando está baja sería imposible realizar el desplazamiento hasta la isla en embarcaciones. Otra opción es que se registre durante la noche, como sucedió en el año 2015, y no fueron organizados ejercicios para hacer frente a la emergencia en ambas situaciones.
Ricardo Gutiérrez, el jefe del Servizo de Protección e Defensa contra Incendios Forestais de la Consellería de Medio Rural, expuso que el ejercicio, práctico y táctico, comenzó a ser preparado a raíz del conato de incendio que se produjo en Cortegada.
El aviso del mismo partió de la Confraría de Carril, que se puso en comunicación con el parque Nacional das Illas Atlánticas y de la Policía Local, Protección Civil, la Guardia Civil y de otros servicios de emergencias, como el de A Barbanza, que acudió al ejercicio y tiene a su cargo otra isla del parque, la de Sálvora.
TRANSPORTE. Si se produjese un incendio, precisó que serían trasportadas tres bombas desde O Campiño (Pontevedra), dos ligeras y una de mayores dimensiones, mientras que Protección Civil de Vilagarcía dispone de una. Gutiérrez agregó que la otra finalidad del simulacro fue tratar de mejorar las comunicaciones entre los cuerpos implicados en el operativo, para que su respuesta sea más eficaz.
El delegado territorial de la Xunta de Galicia, José Manuel Cores Tourís, afirmó que, además de prestar atención a las islas de Cortegada, Ons o Cíes, está todo preparado para la campaña de verano, con 7.000 efectivos, 30 medios aéreos y 360 motobombas, y calificó de "fundamentales" los simulacros para "estar coordinados entre os distintos equipos".
Varela agradeció el esfuerzo de todos los que participaron en el simulacro y sostuvo que actualmente la situación es mejor que la de entonces, aunque agregó que todavía es preciso corregir fallos para que el dispositivo ofrezca las mejores garantías y así minimizar el riesgo de que se produzca una catástrofe en uno de los recursos más representativos del patrimonio natural, integrado en el Parque Nacional das Ilas Atlánticas, que aspira a convertirse en Patrimonio de la Humanidad.