Los últimos reductos del 'feísmo'

El Concello ultima el proyecto de derribo de la escuela de O Casal, en Noalla, tras la reciente demolición de O Tombelo. En la última década se han acometido varias actuaciones de este tipo para mejorar la seguridad y la calidad paisajística del municipio, y son pocas ya las viejas estructuras que quedan en pie
Estructura de la calle Progreso. GONZALO GARCÍA (ADP)
photo_camera Estructura de la calle Progreso. GONZALO GARCÍA (ADP)

UNA DÉCADA queriendo reinventarse, mirando hacia la modernización a golpe de piqueta. La tendencia anti feísmo en Sanxenxo dio sus primeros coletazos en el año 2011, en el que se materializó la demolición de la mítica Discoteca Quijote, antiguamente situada en el número 14 de la Avenida de Madrid y, desde entonces, varias estructuras, viejas conocidas y no tanto, han ido quedando por el camino. Los criterios de seguridad y calidad paisajística de un municipio que requiere fuertes inversiones para mantenerse como un referente, primaron también a la hora de borrar del mapa el antiguo Cuartel de la Guardia Civil de Noalla en 2018. Pero la progresión de demoliciones de viejas ruinas vive ahora su máximo apogeo.

Primero fue la antigua estructura dañada del centro sociocultural proyectado en Vilalonga, quedando también por el camino el antiguo quiosco de la Praza Pública e, in extremis, antes de cerrar el año 2021, llegó el turno de las antiguas escuelas de O Tombelo y la subestación de Vilalonga, con lo que se barrieron del mapa algunos de los máximos exponentes del feísmo municipal.

A cualquier hora Noalla Foto a las ruinas de la antigua escuela de O Casal para reportaje Esta en la carretera de Noalla aprovechamos para hacer foto tb a la de O Tombelo que esta cerca en la recta que va a A Revolta ya derribada Sin embargo, entre los resquicios ruinosos, otros dos grandes símbolos permanecen todavía en pie: la antigua escuela de O Casal y el esqueleto que se alza en plena calle Progreso. Para el primero, el Concello ya está trazando un plan. Tal y como adelantara en el último Pleno el alcalde, Telmo Martín, se despedirá de Noalla durante este mismo año, 2022. En este sentido, el Gobierno local se encuentra actualmente terminando el proyecto de derribo y, una vez que esté listo, se acondicionará el espacio, tal y como explicaron desde el Concello. De hecho, durante el último Pleno, Martín manifestó que el Gobierno local valora también el derribo de la casa plantel de Dadín, si bien primero habrá que revisar su estado. En el caso de la antigua escuela unitaria de O Casal, la estructura conserva solo el armazón, y es uno de los edificios más deteriorados que se erigen en Sanxenxo en la actualidad. Se encuentra tapiado para impedir el paso, si bien su avanzado estado de decrepitud supone una amenaza para la salud pública.

Para el que, por el momento, no hay planes a corto plazo, es el eficio fantasma situado en el número 146 de la calle Progreso. Las demandas vecinales que pedían la subsanación de un problema de insalubridad patente, en una estructura a medio construir que llegó a albergar ratas y una prominente vegetación, se remontan a los años 90. En este sentido, el estado de la mole afecta a las parcelas colindantes, cuyos vecinos ya denunciaron reiteradamente la situación. Si bien el Concello ordenó la limpieza de la frondosa vegetación existente, en 2019, poco o nada volvió a ocurrir con respecto a la estructura. De hecho, la problemática es ahora más visible que nunca, desde que la lona publicitaria que la cubría en los últimos años quebró recientemente. Precisamente, este jueves estaba siendo cambiada por los operarios. Las ruinas del antiguo Hostal Alborada continúan también en un impás, tras ser desalojado un okupa en 2015.

Otros proyectos que han dado una solución a la problemática de este tipo de zonas sí han salido adelante con el tiempo. Cabe destacar la reactivación de las obras en Seame (Portonovo), donde ahora se levantan pisos de viviendas. Para otros proyectos como el del edificio que ha sustituído a la Discoteca Quijote u otra estructura en A Revolta, que actualmente se encuentran parados, todavía hay esperanza.

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