El auditorio del Pazo Emilia Pardo Bazán acogerá esta tarde, a las 19.00 horas en primera convocatoria (la segunda está fijada para las 19.30), la que, presumiblemente, será la última asamblea de propietarios del polígono de Nantes que se celebre antes de la recepción de las instalaciones por parte del Concello de Sanxenxo. Precisamente, hoy se someterá a votación este trámite, que servirá, si nada se tuerce, para poner en marcha el parque empresarial, tras varios años de paralización. A lo largo de los últimos meses, se han ido efectuado mejoras varias en el Suelo Urbanizable número 15. Además, se efectuará el enganche de la red de saneamiento con la EDAR de Dena, tras recibir el visto bueno de Augas de Galicia, y Fenosa prevé poner en marcha en breve el funcionamiento de la subestación. En definitiva, actuaciones más que suficientes para garantizar el buen funcionamiento de las dependencias.
Sin embargo, hay un proyecto que permanece olvidado en un cajón. Se trata de la carretera que serviría de enlace entre el polígono y la carretera PO-550, a la altura de Vilalonga. "Non é que sexa unha obra prioritaria, pero si que resultaría moi positiva e útil non só para as empresas que se asenten en Nantes, senón tamén para a veciñanza", opina el presidente de la junta de compensación, Manuel Barbeito.
Aunque en su día la Xunta de Galicia llegó a fijar un presupuesto para su construcción (2,9 millones de euros), a día de hoy ni la propia Administración autonómica ni el Concello de Sanxenxo contemplan la actuación como una tarea innegociable. Fuentes de la Consellería de Infraestruturas reconocen que el proyecto "quedó paralizado por los problemas que sufrió el polígono". Además, añaden que "no está definido quién tendría que asumir la ejecución de la obra, es algo pendiente de concretar".
En su momento, la Xunta de Galicia estimó que más de 48.000 vecinos de O Salnés se verían beneficiados
NOVEDADES EN 2013. Las últimas noticias que se tienen sobre este "enlace fantasma" datan de 2013. Fue entonces cuando el proyecto superó la pertinente evaluación ambiental. Ya entonces se calculaba que esta actuación beneficiaría a más de 48.000 vecinos de Cambados, Meaño, Sanxenxo y O Grove. La carretera tendría una extensión de dos kilómetros y partiría desde la N-550 y llegaría al parque empresarial, atravesando parte del SU 27, situado en el lugar de Altamira. Desde ahí, recorrería 1000 metros de recta hasta una primera glorieta, atravesaría un núcleo rural y enlazaría con la PO-9207, hasta llegar al SU 15.
Manuel Barbeito ve varios beneficios en esta actuación. Por una parte, supondría disponer de un vial alternativo para llegar desde Vilalonga y Dena hasta la Autovía de Salnés (dun xeito bastante rápido). Además, ayudaría a desviar el tráfico pesado de otras carreteras tan concurridas como la PO-308 o la PO-504.
Por otro lado, el presidente de la junta de compensación considera que "tamén suporía un pulo para actividade empresarial e comercial en Vilalonga, xa que resultaría moito máis sinxelo chegar ata alí".
A pesar de todas estas ventajas, de momento el enlace con el polígono permanece en estado de espera.