Lo que parecía una súbita aparición de narcolanchas en las playas del término municipal de Ribeira no sorprendió a los agentes de Vigilancia Aduanera. El Servicio Aeronaval manejaba información acerca de una posible gran descarga de cocaína que se preparaba ante las costas de las Rías Baixas, por lo que en las horas anteriores al hallazgo de las embarcaciones movilizó a todos los medios disponibles en Galicia. Uno de sus helicópteros estableció contacto visual con las narcolanchas sospechosas cuando estaban a unas 30 millas de la ría de Arousa, durante la tarde.
Sin embargo, los narcotraficantes mostraron una vez más su pericia al aprovecharse de una conjunción de factores para alcanzar tierra sin ser vistos y efectuar la descarga: cambios de guardia, el repostaje de las aeronaves, la entrada de un fuerte temporal y la caída de la noche, donde esta clase de embarcaciones ilícitas son prácticamente invisibles con el oleaje.
Por ello, la hipótesis más probable (que posiblemente nunca se pueda acreditar fehacientemente, dado que la cocaína difícilmente aparecerá) es que la organización de narcotransportistas gallegos que había sido contratada para recoger el cargamento en una nodriza que pasó ante las costas pontevedresas consiguió, una vez más, coronar, e introducir la droga en el territorio.
Ante la noticia de la posible operación delictiva, Vigilancia Aduanera echó mano de sus compañeros de Portugal, que aportaron medios para controlar parte de la costa. La Agencia Tributaria llegó a tener hasta cuatro embarcaciones al mismo tiempo para realizar una suerte de bloqueo en la ría de Arousa, desde Aguiño hasta Sálvora, lo que no fue suficiente para impedir la entrada de las planeadoras.
La Policía Nacional, que lidera las investigaciones posteriores a lo ocurrido de la mano de Aduanas, sospecha que lo narcos utilizaron el procedimiento habitual en estos casos: alijar la cocaína por un punto determinado (en este caso, muy probablemente más al Norte, entre las Rías Baixas y A Costa da Morte), y embarrancar las lanchas en otro lugar. Las fuerzas de seguridad no descartan que en los próximos días los narcotraficantes realicen nuevos movimientos, por lo que se mantiene un importante dispositivo de seguridad en la zona.
En la jornada de este jueves se realizaron los trabajos para retirar las embarcaciones con la ayuda de excavadoras, pues estaban en buena parte enterradas en la arena.
Por otra parte, fuentes del sindicato CIG reclamaron este jueves un incremento inmediato de los medios de los que disponen las fuerzas de seguridad para combatir el narcotráfico en Galicia, pues, según indican, solo hay disponibilidad de un helicóptero, y las embarcaciones son igualmente escasas para controlar todos los kilómetros de costa que existen no solo en las Rías Baixas, sino en toda la Comunidad Autónoma.
