Vilagarcía expresa su gratitud a Pepe Álvarez en una noche emocionante

Las 770 butacas del Auditorio Municipal estuvieron ocupadas en una función en la que varias decenas de artistas trazaron con sus actuaciones musicales la trayectoria del homenajeado
El Auditorio se llenó para rendir homenaje a Pepe Álvarez. JOSÉ LUIZ OUBIÑA
photo_camera El Auditorio se llenó para rendir homenaje a Pepe Álvarez. JOSÉ LUIZ OUBIÑA

Paco Ibáñez, Joan Manuel Serrat, Ara Malikian... y Pepe Álvarez. El reclamo que suponía el homenaje a un vilagarciano nacido en Tomiño, implicado al cien por cien en la promoción de la cultura, cubrió el aforo del Auditorio. 767 butacas estaban ocupadas a la hora de su inicio. 

En las tres restantes se sentaron el protagonista de la noche, el alcalde, Alberto Varela, y la concelleira de Cultura, Sonia Outón, que llegaron un momento después, y entonces sonó la primera  de las numerosas ovaciones que salpicaron la velada.

Es tal la unanimidad que a esta cita acudieron dos exconcelleliros de Cultura, Xosé Castro (BNG) y Ramona Castaño (PSOE).

Julio Cores (teatro Clámide) y Ricardo García (Nydia) se encargaron de conducir una función en torno a la vida de Pepe Álvarez, cuyo hilo conductor fueron los hallazgos de un grupo de niños en una casa abandonada.

Una cámara súper 8 abrió la puerta de una serie de proyecciones, mientras que un tocadiscos sirvió de vínculo para dar paso a las actuaciones musicales que se sucedieron. Por el escenario pasaron grupos como Froallo, Perla de Arousa o Prixela.

También participaron el pianista Carlos Galbán, acompañado por un grupo de músicos, y la soprano María Pena. El Auditorio fue el escenario de una improvisada romería en la que no faltó la rosquillera ni un borracho perseguido por la pareja de la Guardia Civil. Y tampoco la procesión de San Roque, ni la frase que se escucha cuando llega esa festividad, que coincide con al Festa da Auga: Aquí no llega.

La complicidad del público fue palpable en todo momento, por lo que se sucedieron las bromas y las risas. Y cuando todos miraban hacia el escenario, por las escaleras centrales bajó un apurado cartero pidiendo a voz en grito hablar con Pepe Álvarez. Localizarlo fue tarea fácil, y cuando lo hizo le entregó un paquete, que recibió después de haber firmado en un papel. Se suponía que contenía un regalo, y así era.

La gala no podía finalizar de otra forma que con la actuación del Coro del Liceo Casino, que dirige Pepe Álvarez, y con todos los participantes en la función haciéndose una foto sobre el escenario, mientras sonaba una canción de Queen, El show debe continuar.

Fue entonces cuando se desveló que en el papel que firmó figura un compromiso: seguir promoviendo la cultura durante 30 años.

Comentarios