La Guardia Civil teme que la paliza a Manuel Charlín y su hijo sea una venganza por su entrevista en televisión

En el programa 'Conexión Fariña' presumió de darle una paliza al narco Celestino Suanzes

La vivienda asaltada está situada en el lugar de Cálogo. DAVID FREIRE
photo_camera La vivienda asaltada está situada en el lugar de Cálogo. DAVID FREIRE

Dos hombres que esconden sus rostros usando pasamontañas irrumpen en una vivienda. En la casa se encuentran dos personas, padre e hijo. Sorprendidos por el asalto, e intimidados por el arma que muestra ostentosamente uno de ellos, ambos reciben una paliza sin ofrecer resistencia alguna.

El suceso se desarrolla en un abrir y cerrar de ojos. A continuación, los intrusos huyen del lugar, se suben al vehículo que habían dejado aparcado delante de la fachada de la casa y desaparecen de la escena a gran velocidad. Suceso. Este suceso podría enmarcarse en la relación de delitos que se registran en O Salnés, o en cualquier otra comarca de Galicia, y que son el detonante de las correspondientes investigaciones, además de convertirse en un número más que pasa a figurar en los registros de los índices de criminalidad.

Pero el que se produjo a primera hora de ayer en Vilanova cuenta con dos componentes que lo hacen singular: las víctimas y el presunto móvil. Quienes recibieron la paliza fueron Manuel Charlín Gama, el patriarca del clan de narcotraficantes arousanos, de 85 años de edad, y uno de sus hijos, Francisco Melchor Charlín Pomares, que nació hace 56.

El patriarca regresó a su domicilio poco después de las 13.00 horas tras recibir el alta

La identidad de los damnificados, y la circunstancia de que el asalto se hubiese registrado en pleno día (en torno a las nueve de la mañana, y sin que sus autores hubiesen verificado previamente que la vivienda se encontraba vacía), reducen a la mínima expresión las posibilidades de que los protagonistas del mismo hubieran sido dos ladrones atraídos por un botín que podrían suponer muy suculento, aunque no por eso deja de ser una opción.

Sin embargo, la pista que parece ofrecer más visos de credibilidad a los investigadores entronca con el relato ficcionado del narcotráfico en la ría de Arousa de la serie Fariña, que está siendo ofrecido por Antena 3, y se basa en el libro del mismo título escrito por Nacho Carretero.

En uno de sus capítulos, unos individuos se desplazan hasta Valladolid, en el año 1982, para darle un escarmiento a un narco de poca monta al que el clan le reclama el pago de una partida de cocaína. Para conseguir su propósito, cuentan con el apoyo de un agente de la Guardia Civil corrupto que tenían en su nómina, José Luis Orbaiz Picos, pero Celestino Suances, la persona a la que buscan para darle una paliza, también dispone de informantes que lo ponen sobre aviso, y quienes reciben la tunda son aquellos cuya misión era propinársela.

CÁMARA FRIGORÍFICA. La cosa no quedó ahí, porque Suances cometió en error de desplazarse hasta la localidad arousana y acabó en una cámara frigorífica (Los Charlines contaban entonces con una fábrica de conservas y un cocedero en los que disponían de este equipamiento).

Aquel asunto podría haber quedado en el olvido, incluso después de que más de tres millones de espectadores hubiesen tenido noticias de él a través de la televisión pero, no contento con la venganza, el patriarca del clan se recreó en la narración de los detalles. "Le dimos bien", subrayó Manuel Charlín refiriéndose a aquel suceso en una entrevista televisiva hace pocos días.

En un juicio relacionado que se celebró recientemente en Pontevedra, el fiscal expuso que en el mundo de la delincuencia, incluida la derivada del narcotráfico, es habitual que se envíen recados como los que recibieron Manuel y Melchor Charlín, y que las personas contratadas para realizar esta misión traten de que lo sucedido pueda parecer un intento de robo, en lugar de un ajuste de cuentas, porque saben que la responsabilidad penal derivada de ambos delitos en notablemente diferente.

Los métodos utilizados para cumplirla son variados, y el usado con los charlines puede decirse que no fue el más expeditivo, y sino que se lo pregunten a un vecino suyo, Luciano Núñez Villanueva. Este bodeguero fue asaltado en su mansión situada en Tremoedo (Vilanova de Arousa), y quienes lo hicieron la abandonaron con las manos vacías, después de haber quemado los genitales a su propietario.

BURLA. En este caso, la Guardia Civil no descarta que lo ocurrido este miércoles en la vivienda de los Charlines guarde alguna relación con el episodio que tuvo como protagonista a Celestino Suances, al que no le consta relación alguna con el mundo del narcotráfico desde entonces. De momento, las primeras declaraciones tomadas a las víctimas del suceso por la Policía Local señalan a los agresores como "dos ladrones en busca de dinero", según indica una agencia.

Cuando los intrusos (cuyo acento era sudamericano) abandonaron la casa, situada en el lugar Cálogo, Melchor salió al exterior, y después de atravesar el sendero que separa la vivienda de la carretera, gritó pidiendo ayuda con alguna costilla posiblemente rota y la cara ensangrentada.

En el lugar se presentaron enseguida varios policías municipales de Vilanova y, más tarde, lo hicieron también efectivos de la Guardia Civil. Manuel y Melchor Charlín fueron trasladados en ambulancias hasta el Hospital do Salnés.

El patriarca regresó a su domicilio poco después de las 13.00 horas, acompañado por varios de sus descendientes, mientras Melchor, cuya vida no corre peligro, seguía en observación en el Servizo de Urxencias. Fue dado de alta este jueves.

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