Alfonso Rueda: ''No podemos ir de campeones''

Llega al periódico pasadas las nueve de la noche tras dar a conocer las listas. Lo acompaña su jefa de Gabinete, Blanca García Señoráns, que prefiere quedarse fuera del despacho. El periodista la invita a quedarse, pero el secretario general del PP gallego y conselleiro de Presidencia, Alfonso Rueda Valenzuela (Pontevedra, 1968) sonríe ampliamente mientras se saca la americana y se arremanga la camisa: «A ti no te coacciona, pero igual a mí sí». Corre todas las mañanas junto al río. «Si no lo hiciese estaría gordo».
¿El poder era como lo esperaba?
Ha sido un poder complicado. No hemos podido hacer muchas cosas de las que hubiéramos querido.
También les estropeó la realidad el programa.
Sabíamos lo que había. Y ahora que estoy preparando la campaña y repasando lo que decíamos en 2009, ya avisábamos de que el bipartito tenía la Xunta mucho peor de lo que anunciaba. Ha habido problemas de los que no sabíamos su dimensión y otros que sí nos imaginábamos cuando ganamos las elecciones.
¿Cuánto dura la herencia?
Es que estas cosas hay que explicarlas. Si a nosotros nos ganan las elecciones y viene otro Gobierno me parecería natural, y hasta bueno, que explique lo que se encontró. Nosotros nos encontramos un agujero importante.
¿De cuánto?
Entre lo que no había y se decía que había, y lo que se debía, la cantidad llegaba a casi 2.000 millones. Lo explicamos y nos pusimos a trabajar. Estoy convencido de algo: cuando pasan unos meses, la gente no quiere que le sigas explicando los problemas con los que te encontraste, sino que se los arregles. «Oye, esto ya me lo contaste: ahora soluciónamelo». Porque estar repitiéndose todo el día sirve de poco.
Ha tenido un mandato con una oposición más preocupada en descomponerse que en fiscalizarles a ustedes. Ya sé que les gustaría «una oposición fuerte y unida por el bien del país», pero eso no hay quien se lo crea.
Si el enemigo se equivoca, no lo molestes, a ver si persevera. Y si desde el Gobierno se dice que queremos una oposición que nos esté todo el día apretando no estaríamos diciendo la verdad, pero una oposición desnortada a veces es más peligrosa que organizada. Porque dispara sin control y es muy imprevisible.
¿No les conviene?
A veces echamos de menos que estuviese un poco más centrada porque pudimos haber llegado a acuerdos. Ahora, tan cerca de las elecciones, como secretario general del PP de Galicia, estoy encantado de que la oposición se encuentre como se encuentra, desorientada y sin dar la sensación de no poder formar ningún gobierno serio.
¿Le gusta más Pachi Vázquez que Elena Espinosa? ¿O que Blanco?
¡Pregúnteselo al PSOE!
Usted es el jefe de campaña. Tiene que tener cerca al enemigo.
Esa pregunta ya la contestó el PSOE por nosotros. Pachi Vázquez se encargó de que nadie optase a disputarle la candidatura a la Presidencia de la Xunta. ¿Con cuál estaríamos más cómodos? No planteamos la campaña en base a los candidatos de otros partidos. Pero le diré que el señor Pachi Vázquez es un candidato bastante atacable para el PP.
Al nacionalismo le han salido tres cabezas.
Tres que se sepa. El lunes se cierran las listas y de momento llevan tres. Empezamos con dos partidos en la oposición y acabamos con cuatro, cinco o seis. Es síntoma de que las cosas no les han ido bien. Nosotros tenemos que responder de lo que hemos hecho como Gobierno y como partido, que ha sido permanecer unidos y apoyando a la Xunta.
Agitan ustedes el fantasma de Beiras, pero Beiras tiene gancho.
Beiras se retiró en 2005. Han pasado siete años. En política, y en todo, eso es una eternidad. Nosotros tenemos que recordar al electorado que no recuerde a Beiras quién era y lo que decía. A los que piensan que ha cambiado o que no sigue con sus postulados hay que decirles que pese a estar retirado, ha visto un hueco para colarse y seguir diciendo lo mismo. Ha empezado a ya a insultar. Nosotros no le vamos a insultar.
No le van a insultar.
No, no. Él siempre fue conocido por sus exabruptos, es lo que mejor sabe hacer. Ha empezado ya y aún le queda mes y medio de campaña.
Cuando ganaron las elecciones de 2009 le pregunté al día siguiente si se había arrepentido de la campaña hecha. Las acusaciones de derroche, los audis.
Fue la primera entrevista que di tras la victoria y fue el lunes, exactamente.
Me dijo que no se arrepentía. A lo mejor con cuatro años de distancia ve las cosas de otra forma.
Me lo preguntó usted y después me lo preguntaría mucha más gente.
¿Sigue pensando que hicieron una campaña limpia?
Mire, hicimos una campaña desde la oposición. Y lo que no voy a admitir es que se piense que las elecciones se ganaron o se perdieron por quince días. Intentamos resumir en dos semanas los cuatro años de bipartito desunido y desconectado con la realidad. Si tuvimos más o menos fortuna en hacerlo... Pero me encantaría que la oposición siguiese pensando que la gente vota o no vota dependiendo de lo que ocurra en quince días.
Rajoy es un experto coordinador de campañas. Hizo aquella de la mayoría de Aznar en 2000. ¿Le ha dado algún consejo?
No está Rajoy para darme consejos a mí ni tengo yo acceso a él para estas cosas. Estuve con él en Soutomaior hace dos semanas, me preguntó cómo lo llevaba, le dije que estaba siendo duro y me contestó: «¡No sabes cómo te comprendo!».
Agota, supongo.
Es la segunda que hago, por tanto las cosas buenas que hicimos en la primera trataremos de repetirlas. El equipo que va a trabajar conmigo es el mismo que estaba hace cuatro años. Y facilita las cosas tener un partido cohesionado detrás. Si estuviésemos dedicándonos a no enfadarnos sería complicado hacer una campaña.
¿De quién fue la decisión de mantener un perfil bajo de Mariano Rajoy en campaña?
Es una decisión lógica si creemos que hay cosas de las que presumir en nuestra gestión de Galicia estos cuatro años. Digo yo que tendremos que hablar de lo que hicimos. Sin olvidar que formamos parte de un partido que gobierna en España, que Rajoy es afiliado del PP de Pontevedra y que ya hemos dicho que contamos con él.
Entonces no habrá desembarco de ministros.
Si miramos las últimas autonómicas, le sorprendería, y me sorprendería incluso a mí, la poca presencia de gente de fuera. A diferencia de lo que ocurre en otras comunidades, y esto lo sé porque a Feijóo lo han llamado de todas partes para que vaya, en Galicia no llamamos a nadie. Lo planteamos de otra manera, así que esa presencia no ha sido muy intensa. Todos los presidentes de comunidades autónomas se han ofrecido a venir. Aún estamos confeccionando la campaña.
Pero el resultado trascenderá Galicia. Y de él podría llegar a depender el futuro de Rajoy, si el país no remonta.
Eso es lo que plantea la oposición: si gana Feijóo, seguirá Rajoy. O sea que Galicia no está tan mal cuando ya aceptan que es difícil criticar nuestra gestión y van a otra cosa. Las elecciones afectan a Galicia aunque haya repercusión fuera. Y en Galicia se presenta Feijóo, no Rajoy. Rajoy se presentará dentro de tres años y medio y será el momento de juzgar su gobierno. Nosotros vamos a hablar de lo que se hace aquí sin negar que somos un partido nacional y compartimos las políticas de ese partido. Y si alguien quiere saber lo que opina la gente del señor Rajoy, hace nueve meses una amplia mayoría decidió que lo quiere como presidente del Gobierno.
Con un programa que no tiene nada que ver con lo que está haciendo.
Cuando se vuelva a presentar a las elecciones será el momento de juzgarlo. No tiene ningún sentido votar en Galicia pensando en Rajoy como no lo tendrá si se vota a Rajoy pensando en Galicia.
El rechazo popular que hay hacia el presidente del Gobierno no es el mismo que hacia el de la Xunta.
Feijóo tiene una valoración muy alta. Presumimos de líder y tenemos razones para hacerlo. Quien tiene que revalidar la mayoría es él. Nosotros estamos orgullosos del presidente del Gobierno, pero se vota a Feijóo.
Insiste mucho, ¿eh?
(Risas) ¿Y cómo quedaría si insistiese en que se vota a Rajoy?
En otro contexto ustedes pasearían a Rajoy bajo palio por todos los pueblos.
Mire, si le dijésemos a Rajoy: «Entiéndelo, es mejor que no vengas», probablemente lo entendería y nosotros encontraríamos una fórmula para explicárselo. Pero no se lo hemos dicho. Es bueno que esté aquí y la gente quiere verlo.
¿Ha pedido ya su presencia?
He enviado un papel con los días y los actos en los que queremos que esté.
¿Cuántos días?
Cuatro. Es presidente del Gobierno y tiene ocupaciones más importantes.
¿Estará en Pontevedra?
Sí, incluimos Pontevedra. Y esperamos iniciar la campaña aquí. Me gustaría.
¿Si gana Feijóo va a haber Feijóo para rato o le ha expresado a usted un límite de mandatos?
En 2009 ya escuchaba que a Feijóo en realidad lo que le interesaba era saltar a Madrid. Cuando ganó se puso tan moda que ya se discutía si podría aspirar a otra cosa. Yo despacho con él casi a diario y jamás hablé de otra cosa que no fuera Galicia.
No le ha contado entonces que quiere estar cinco mandatos, por ejemplo.
Desde luego no me ha dicho que quiere estar cinco mandatos ni tres ni cuatro.
Si quiere saltar a Madrid casi le conviene dejarse perder en Galicia: eso dejaría a Rajoy muy debilitado.
(Risas) Lo que mejor nos conviene a todos es que gane.
Su carrera política está ligada a Feijóo.
Sí, sin ningunda duda. Me costaría entender esto sin él. Me llamó sin casi conocerme de nada, mantuvimos una conversación y me dijo: «Ya te llamaré». Y me llamó. Fue un acto de confianza acojonante.
¿Cómo fue?
Él buscaba un perfil. Supongo que pidió opiniones, habló conmigo...
¿A quién le pidió opiniones?
Pues no lo sé, nunca me lo ha dicho.
Y si ganan de nuevo, ¿qué van a hacer en los próximos cuatro años? Porque grandes ambiciones supongo que no tienen, visto el panorama.
Hay que ser realistas. Nosotros al llegar en 2009 empezamos a aplicar seriamente medidas de austeridad y Pachi Vázquez llamaba al presidente Feijóo I el Austero. Nadie entendía lo que hacíamos, que era reducir altos cargos, aligerar costes. Tres años después todo el mundo empieza a hacer lo que nosotros hicimos entonces. Tenemos el déficit más bajo de todas las comunidades y eso permite un margen de acción. Porque hay que darle esperanza a la gente. No se le puede pedir austeridad sin más. Si lo has pasado mal estos tres años que sea por algo, si se sufre es por un motivo y la gente tiene que saberlo. Eso es lo que tenemos que explicar: estos tres años han servido para algo. En cuanto empiece el crecimiento Galicia estará en el primer puesto de salida.
¿Están convencidos de que van a conseguir la mayoría?
Estarlo es el primer paso para la derrota. Nosotros tenemos que poner en valor lo hecho y no ocuparnos de lo desmembrada que está la oposición. No podemos ir de campeones. Al bipartito le faltó humildad y perdió. Nosotros queremos convencer a todo el mundo y dirigirnos a los que nos votaron hace cuatro años para que nos vuelvan a dar su confianza.

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