Amenazas veladas e insultos contra los hermanos desahuciados de Montecelo

José Luis y María de Gloria Barreiro ante el Nissan Patrol que se ha convertido en su hogar. david freire
photo_camera José Luis y María de Gloria Barreiro ante el Nissan Patrol que se ha convertido en su hogar. david freire

Si ya es duro verte expulsado de tu casa, sin dinero, sin bienes y con un coche como único hogar, más difícil resulta si, además, tienes que sorportar la insolidaridad y el desprecio de quienes te rodean.

José Luis y María de Gloria Barreiro, los dos hermanos de Montecelo desahuciados de su casa por impago del alquiler y que llevan días malviviendo en un solar de A Parda junto a sus 17 gatos y 6 perros, han sido objeto de reproches, calumnias e incluso amenazas por parte de los vecinos del entorno.

El temor a las represalias llega hasta el extremo de no querer abandonar su improvisado hogar ante la posibilidad de que, a su regreso, no encuentren con vida a sus mascotas. De hecho, la Protectora de Animales de Cambados les pagó ayer el alojamiento por un día en un hostal de la ciudad para que pudieran asearse y dormir en una cama. ''Se fueron turnando porque tenían miedo a dejar solos a los perros y a los gatos y que los vecinos del entorno les pudieran hacer daño'', indicó Olga Costa, presidenta del colectivo.

Así, mientras uno de los hermanos descansaba unas horas y se duchaba, el otro ‘montaba guardia’ en el refugio al aire libre que han construido a escasos metros del edificio de los Juzgados.

La Protectora de Cambados también hizo gestiones ante Cáritas para conseguir que José Luis y Gloria puedan ducharse en sus instalaciones. ''Al principio se negaron alegando que el local solo era para la gente que se aloja allí, pero luego conseguimos que a partir del lunes les autoricen a asearse y a comer. Eso sí, en locales separados (Cáritas tiene uno para hombres y otro para mujeres) y durante un máximo de cinco días'', subraya Olga Costa.

La presidenta de la Protectora de Cambados padeció en sus carnes el rechazo vecinal a la presencia de la pareja de hermanos. ''Una señora me recriminó que les estuviésemos dando comida y ropas. Me dijo que estaban interrumpiendo el paso de un camino vecinal y que no querían ver por allí a tanto perro y tanto gato'', explica.

Precisamente, la Protectora de Cambados, la de Vilagarcía y un centro privado de Vigo son los que se han hecho cargo de la mayoría de los felinos. ''Pero nadie nos ha llamado por los perros''. La solución que barajan los voluntarios cambadeses es construir una gran jaula donde albergar a los seis canes. ''Los animales son la vida de José Luis y Gloria. Se desviven porque estén bien'', apunta.

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