PONTEVEDRA. Es la triste realidad que viven muchas familias. En época de crisis económica y de escasez de empleo, entrar en una cafetería a tomar un café es un lujo que no pueden permitirse muchas personas porque necesitan ese dinero para atender necesidades tan básicas como la alimentación.
El colectivo Encontro-Marea Laranxa (denominado así por el color de las camisetas que lucen sus miembros para mostrar su rechazo a los recortes en el ámbito de los servicios sociales), en colaboración con Cáritas, impulsa una iniciativa que surgió en Venecia y que se trasladó a países que están intentando superar sus problemas económicos, entre ellos España. Se trata de la campaña denominada ‘Café pendiente’.
José Antonio Ramírez, miembro de la junta directiva de Encontro, ofreció el pasado lunes una charla en la sede de Cáritas Interparroquial, en la que informó del objetivo de esta campaña solidaria, en la que desde el pasado verano participa exclusivamente la cafetería Antoxo, situada en la calle de A Estrada. «Está destinada a la gente que está perdiendo la capacidad de relacionarse con las demás personas porque en su casa ha dejado de entrar el dinero de la nómina que cobraba antes de quedarse en el paro», precisa.
Ramírez añade que «hay gente que se ‘atrinchera’ en casa o deambula por las calles porque no tiene dinero para entrar en una cafetería. La iniciativa ‘Café pendiente’ -precisa- permite que un cliente pague su café y deje pagado otro, con dinero que va a un bote especial. Con ese presupuesto cualquier persona que no tenga medios económicos puede tomar un café, leer el periódico y hablar con las demás personas. De este modo sigue enganchada a la sociedad en vez de encerrarse en casa».
El portavoz del colectivo Encontro está convencido de que en cuanto bajen las temperaturas amentará el número de personas que echará mano del café pendiente. «No se trata de un acto de beneficencia sino de solidaridad, de compartir lo que tenemos», aclara Ramírez.
Rebusco
Además de ‘Café pendiente’ la asociación Encontro promueve otra iniciativa, en este caso de índole laboral. Se trata del plan ‘Rebusco’, un club de empleo en el que las personas que se apuntan participar en seis sesiones, de dos horas de duración cada una de ellas, en las que trabajadores en paro aprenden a mejorar su capacidad para encontrar empleo y aumentan su autoestima.
José Antonio Ramírez explica que «mucha gente acude a nosotros muy quemada porque lleva mucho tiempo fuera del mercado laboral o se siente decepcionada con la empresa que le despidió». Además, el directivo de Encontro critica las «tonterías que suelta algún político» sobre los desempleados, «como si la gente estuviera aprovechando el dinero del paro para comprarse televisiones de plasma. Quienes dicen que si alguien no trabaja es porque no quiere están demostrando que odian al pobre».
