Cáritas ha surtido de prendas de vestir a 4.699 personas en lo que va de 2013

Voluntarias de Cáritas atendiendo el servicio de ropero, ayer. david freire
photo_camera Voluntarias de Cáritas atendiendo el servicio de ropero, ayer. david freire

PONTEVEDRA. Su labor no tiene precio, sobre todo en la actual situación de crisis económica. La ayuda que presta Cáritas Interparroquial a los más necesitados va desde el reparto de alimentos hasta el surtido de prendas de vestir que la entidad benéfica almacena en su amplio ropero, al que cada vez acuden más familias.

Aumenta el número de personas que acude a la sede de la calle Joaquín Costa a pedir pantalones, camisas, jerseys, camisetas y zapatos. En los primeros nueve meses del año (desde enero hasta septiembre) pasaron por el servicio de ropero 1.703 usuarios que recogieron prendas con las que 4.699 personas ampliaron su escaso vestuario.

Estas cifras casi duplican a las del mismo período de 2012, con cerca de mil personas que recogieron en Cáritas prendas para alrededor de 3.000 beneficiarios.

En enero de 2013 usaron este servicio 229 personas que llevaron ropa para 654 necesitados, en febrero 288 para 529, en marzo 188 para 501, en abril 201 para 599, en mayo 204 para 604, en junio 173 para 542, en julio 171 para 482, en agosto 66 para 245 y en septiembre 183 para 543 personas.

De estos datos se desprende que en verano bajó el número de beneficiarios porque es la época del año en la que el personal voluntario que atiende el ropero está de vacaciones, con lo que Cáritas reduce los días de entrega de la vestimenta.

«Este año el número de usuarios fue en casi todos los meses más de 500, cuando en 2012 rondaban los 300 cada mes», explican portavoces de la institución eclestiática. Precisan que «vienen a pedir ropa muchas familias con niños pequeños que antes tenían una situación económica media y normalizada y que no cuentan con los recursos necesarios que ni siquiera les da para comer».

Según Cáritas Interparroquial, con el inicio del curso se nota una mayor demanda de prendas de vestir para los colegiales, sobre todo chándales y calzado deportivo. «La demanda de ropa para los chavales es constante porque crecen muy rápido y la ropa les queda pequeña enseguida».

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