'Colgados de la pantalla'

La adicción a los videojuegos es una nueva tendencia de la era tecnológica en la que se vive actualmente. Esta enfermedad (tipificada ya por la Organización Mundial de la Salud (OMS) suele afectar a gente ‘enganchada’ a otras ludopatías o adicciones.
De hecho, la mayoría de las personas que acude a centros de rehabilitación manifiesta paralelamente una gran dependencia por las ‘tragaperras’ y otros juegos de azar.
La adicción comienza y se consolida en la multitud de lugares donde se puede jugar con una ‘tragaperras’. Bares, cafeterías, salas especiales... Es muy fácil acceder a ellas. Muy difícil evitarlas con las luces, los sonidos, la música, las fotos, los vídeos o las pantallas móviles. El tintineo de las monedas al caer, fuerte y claro. Todo está diseñado para llamar la atención, para inducir el deseo por participar.
El terapeuta de Agaja (Asociación Gallega de Jugadores de Azar) de Vigo, Juan Lamas, ve clara la relación, “hay multitud de características similares entre los videojuegos y las ‘tragaperras’. De hecho los diseñadores de las máquinas provienen de los juegos de ordenador. Los estímulos auditivos, audiovisuales, las temáticas, todo es igual”, dice.
Ambas tecnologías producen los mismos efectos psicológicos: euforia, competitividad, falsa sensación de control, recompensa inmediata, pero pasajera, aunque la adicción tiene sus particularidades según la edad. En los jóvenes se empieza con los videojuegos y se pasa, años más tarde a las ludopatías, en especial las ‘tragaperras’. En los adultos es al revés.
En relación a los adolescentes Lamas dice que”en general se empieza con un ‘enganche’ por el teléfono móvil e Internet. La víctima pasa un montón de horas conversando, enviando mensajes, chateando o participando en videojuegos. Esto deriva en una adicción más fuerte que alternará después con otras ludopatías. Hay que actuar desde la infancia, conocer los síntomas y los tipos de terapia”. Por eso es importante la responsabilidad de tutores y familiares. Según Lamas "si un niño dispone de un móvil con gasto incontrolado o un ordenador con Internet sin una revisión por parte de un adulto responsable, no es de extrañar que acabe haciendo un uso abusivo de estas tecnologías y se convierta en adicto". La adicción es psicológica, pero muy potente y peligrosa porque pasa casi inadvertida o porque se trata aparentemente, de una forma de ocio aceptada socialmente. Hasta que surge el problema económico con enormes facturas de teléfono, contratación de múltiples servicios de Internet, compra compulsiva de tecnología.

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