PONTEVEDRA. Thais de Picaza Mejías tendrá que pasar por caja para saldar sus deudas con la Justicia y con Hacienda. La jueza titular del Penal Número 3 de Pontevedra siguió punto por punto las recomendaciones del fiscal delegado de Delitos Económicos, Augusto Santaló, y condenó a la empresaria de Marín al pago de algo más de 1,2 millones de euros en distintos conceptos por las irregularidades que cometió en la venta de la empresa a la que daba nombre su marido, José Malvar. Tras analizar la sentencia, puede decirse que De Picaza ha tenido suerte, pues el fiscal, primero, y la magistrada, después, dieron por buena la circunstancia atenuante de las dilaciones indebidas para rebajar en un grado las penas. Gracias a ello evitará la prisión.
La acusación que ha terminado en condena para la empresaria se remonta a principios de siglo, cuando acometió la compraventa de Construcciones Malvar. Una serie de operaciones previas que llevó a cabo De Picaza siguiendo el consejo, según ella misma indicó en la vista oral celebrada hace un par de semanas, de sus asesores, desembocaron en una declaración fiscal de apenas 47.000 euros cuando las cifras reales, según se desprende de las investigaciones posteriores, superaban los dos millones de euros. Como resultado, no devolvió ni un céntimo a la Hacienda Pública. Ahora tendrá que retornar unos 706.000, intereses de demora incluidos. Por este delito deberá cumplir, según reza la sentencia, la pena de seis meses de prisión, además del pago de 500.000 euros como multa. En caso de impago, la procesada responderá con 80 días de privación de libertad.
(Más información en nuestra edición impresa del martes, 28 de febrero)
