Denuncia el ataque de varios perros a un grupo de ovejas y cabras en Bora

Alfonso Rey con el animal muerto en su finca. rafa fariña
photo_camera Alfonso Rey con el animal muerto en su finca. rafa fariña

«Nin o Concello nin ninguén se puxeron en contacto comigo. Hai un seguro de responsabilidade civil pero o único que che din é ‘matáronchas e aquí che quedan’». Alfonso Rey, vecino de Bora, está harto de sufrir continuos ataques de perros a sus ovejas. Ayer mismo volvió a producirse otro.

Este vecino explicó que sobre la una de la tarde dejó pastando a los animales en una finca situada junto a su domicilio, en el lugar de Leirados, cerca de la iglesia de Santa Mariña de Bora. Eran tres ovejas de apenas seis meses y un cabrito. Poco después de las seis, cuando acudió a recogerlas, se encontró con la triste estampa.

De los cuatro animales, sobrevivieron tres, pero a duras penas. «Unha estaba morta, toda comida pola barriga; outra ferida, sangrando por unha pata, e o cabrito coxeando». A Alfonso todavía le dio tiempo a ver a los presuntos autores de los hechos, «un can branco grande e outro marrón», que podrían pertenecer a algún cazador que se encontraba en la zona. «Andan os cazadores por aí polo medio. Aínda se escoitan os tiros», afirmó a media tarde.

Cazadores

Si ayer era jueves, día permitido para practicar la caza durante la temporada oficial, en la anterior ocasión en la que sucedió algo similar y lo denunció en el Diario, había sucedido en domingo. Rey explicaba en enero de 2013 que los animales actuaban siempre en esta jornada y que no los volvía a ver durante el resto de la semana. «Non sei se son dos cazadores, pero hoxe é xoves...».

Nada más descubrir lo sucedido, este vecino de Bora dio parte a la Policía Local de Pontevedra, que tardó más de media hora en llegar al lugar, según lamentó Rey.

«Non me resolveron nada. Foron mirar a ovella, fixéronlle fotos e levantaron parte. Se viñeran cando os chamei podían ter visto os cans». Por esa falta de interés que denuncia, critica duramente la actitud del Ayuntamiento.

El primer ataque que recuerda se produjo en Navidad de 2012 y se repitió antes de Reyes. Entonces, Alfonso se preguntaba si tendría que comprarse una escopeta, dado que el Concello de Pontevedra carece de la figura del lacero, como sí tienen otros ayuntamientos como Tui. Desde entonces no volvió a tener respuesta de la Administración local. «Quedei sen animais e fóra. O parte a min non me vale, teñen que facer algo máis. Despois quererán que traballemos as terras. Que vou estar, ao lado das ovellas todo o día?», pregunta.

A mayores, tendrá que avisar a una empresa especializada para que se lleve los restos. «Aínda por riba terei que gastar cartos».

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