A dos kilómetros del paraíso

Una hora y cuarto. Es el tiempo que tardarán las personas que quieran conocer el patrimonio natural y arquitectónico que abraza al río Lérez a bordo de una embarcación de recreo. El primer viaje de esta experiencia que se pondrá en marcha a finales de octubre, coincidiendo con la celebración de Ferpalia, lo disfrutaron este miércoles representantes de la iniciativa privada pontevedresa y del Concello capitalino.

La ruta fluvial por el Lérez (a dos kilómetros del centro de la ciudad) forma parte de un nuevo paquete enoturístico, que recibe el nombre de Praza do Viño, con el que se tratará de atraer más visitantes a Pontevedra con la excusa del vino. La iniciativa, cuya organización aún no está cerrada, se celebrará durante el primer fin de semana de cada mes.

Pero, ¿qué ofrecerá este nuevo producto a los turistas? Para empezar, la cata y el conocimiento de los vinos de la Denominación de Orixe Rías Baixas a través de puestos instalados durante los fines de semana en la Praza da Pedreira (frente al Pazo de Mugartegui, sede de la D.O.). Las personas que visiten la ciudad y se hospeden en ella podrán participar también de otras muchas ofertas. Entre ellas (además del gastronómico, con comidas y cenas incluidas) figuran visitas guiadas a cualquiera de las tres Rutas do Viño de Rías Baixas, en O Rosal, O Salnés o Ribeira do Ulla. Pero también podrán conocer de primera mano el casco histórico de Pontevedra, su Praza de Abastos, sus museos, sus restaurantes o comercios.

El viaje incluye también un paseo por el Lérez. El mismo que ayer se dio el alcalde de Pontevedra, Miguel Anxo Fernández Lores. ''Se somos capaces de facer un paquete turístico, con prezos razoables, haberá poucas cidades que teñan espazos tan visitables e agradables coma os desta senda fluvial'', destacó el regidor municipal.

La historia

Lores no ha sido el único en transitar por esta senda fluvial. Antes que él lo hicieron Castelao o el propio Padre Sarmiento. ''Ó salón do Lérez chegaban os Carepas, a pandilla onde estaba Castelao, que viñan de merenda a esta zona'', explicó ayer el empresario Manuel Cabada, que ejerció como guía del crucero.

Durante el trayecto, con parada obligatoria en el antiguo balneario construido por orden del indiano Casimiro Gómez, uno de los principales benefactores de la ciudad, se habló también de termalismo y aguas beneficiosas para el estómago o los riñones. Las mismas que Casimiro embotelló en el lugar y que luego se vio obligado a cerrar por falta de competitividad. Los restos del inmueble allí presentes podrían recuperarse ahora. Pero Lores advierte: ''Hai que velo con calma polos problemas de propiedade''.

Comentarios