El Concello de Pontevedra va a iniciar una campaña de limpieza de pintadas en todo el Centro Histórico de la ciudad, una "batida", según la concejala de Urbanismo, Teresa Casal, que se realizará para atender la petición de numerosos vecinos "que están sufriendo los efectos perversos del vandalismo que ensucia y afea sus fachadas".
En realidad, con esta medida el gobierno municipal amplía la idea inicial de acometer únicamente la limpieza de fachadas en edificios públicos, optando por extender la medida a los privados, al reconocer que se viene produciendo "cierta situación de indefensión" de los vecinos y comerciantes y, por otra parte, que el Centro Histórico "es un ámbito especialmente protegido, en el que está justificada esta actuación por motivos de interés público".
El trabajo estará a cargo de la empresa contratada para el mantenimiento del Centro Histórico, por lo que se acogerán a las partidas contempladas en el contrato, aunque en lo que atañe a los edificios con protección patrimonial, Teresa Casal dio instrucciones de tramitar un contrato específico, por valor de 4.244 euros con una firma especializada, dado que hay que utilizar otros procedimientos para evitar dañar la piedra y presentar un proyecto técnico delante de la Dirección Xeral de Patrimonio.
El proyecto contempla la aplicación de dos bases diferentes, una en forma de gel y otra con arcilla, mezcladas cada una de ellas con diferentes disolventes, para reblandecer la caperuza superficial de la pintura y alcanzar, finalmente, una retirada a fondo, unos materiales que respetan el granito y se retiran a mano, con cepillo de cerda natural y agua tibia.
La actuación será especialmente intensa en la basílica de Santa María donde se borrarán seis cruces invertidas y diversas pintadas satánicas, en la Casa das Campás o en la fachada trasera de la Casa Consistorial, que se unirán así a la veintena de borrados de pintadas que se harán en inmuebles privados.
