El Concello reclama el rescate del vivero de empresas de O Campiño

PONTEVEDRA. La que parecía ser una mera presentación de un programa dirigido a empresas del sector textil se convirtió hoy en un improvisado atril en el que la concejala de Promoción Económica, Carlota Román, reavivó las quejas por la paralización del vivero de empresas de O Campiño.

Aprovechando la presencia del presidente de la Cámara de Comercio, Eduardo Barros, y el director técnico de la Fundación Incyde, Jose María Párraga, la socialista les trasladó su malestar «por el triste devenir» del convenio que firmaron a tres bandas en 2005 para construir el semillero de empresas.

Ocho años más tarde no se ha levantado ni la primera piedra ni hay visos de que se vaya a hacer. Según denunció, por la desaparición de la colaboración de la Deputación, «cuyo presidente se echó atrás hasta en dos ocasiones y acabó negando una cofinanciación de 150.000 euros».

La supresión de las ayudas provinciales provocó, según la concejala, la pérdida de los fondos comprometidos por el Incyde (que preveía costear un millón de los 1.146.000 euros en los que fue valorado el centro de O Campiño) y el soterramiento de casi todas las probabilidades de poner en marcha el proyecto. Más aún cuando el Incyde ha decidido financiar 1,2 de los 1,5 millones de euros que cuesta el vivero de empresas impulsado por la Deputación «para la comarca de O Salnés».

Román recordó que el Concello cedió una parcela valorada en 250.000 euros y que hoy en día todavía la mantiene reservada para construir el vivero, un espacio empresarial diseñado para 53 emprendedores de los 25 ayuntamientos pertenecientes a la demarcación de la Cámara de Comercio de Pontevedra.

Por todo ello, lamentó «tener la sensación de habernos quedado un poco solos a la hora de denunciar esta decisión injustificable e incalificable, y muchos silencios que rodean a esta operación».

Barros responde

Román instó al presidente de la Cámara a «compartir mi indignación». «A fin de cuentas -añadió-, es un proyecto que nació de las conversaciones de mi predecesora y su predecesor».

El presidente de la entidad cameral se reservó su opinión, pero aportó nuevos datos que podrían acabar en un rescate del vivero. Según dijo, todavía hay posibilidades de ponerlo en marcha, «porque estamos estudiando la opción de recuperar los fondos del Incyde».

Barros insistió en que hay camino de salida, aunque también advirtió que para ello la Administración local deberá pagar ‘peaje’: «Si tiene esa vocación de sacarlo adelante puede tener en sus manos la solución. Lo que necesitaríamos es una mayor colaboración por parte del Concello».

La alternativa propuesta por el presidente paliaría la pérdida de los fondos provinciales, pero no llega a ser garantía de que el vivero se pueda materializar algún día. Al menos, en un futuro próximo, porque la capacidad inversora del Concello sigue menguada por el contexto financiero.

Con estos interrogantes abiertos finalizó un debate que luego prosiguió a puerta cerrada entre las partes implicadas. Entretanto, Pontevedra seguirá teniendo dos viveros de empresas. El que alberga mayor actividad es el de la Asociación de Jóvenes Empresarios (AJE), que cuenta con espacio para doce emprendedores y, según apuntan fuentes próximas, una importante lista de espera.

Por otro lado se encuentra el primer vivero municipal, ubicado en la calle Santa Clara y puesto en marcha a finales del año pasado. En este caso se trata de seis despachos que los usuarios pueden utilizar por una cuota de 80 euros durante el primer semestre y otra de 121 euros durante los siguientes seis meses.

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