El guardia civil acusado de matar a su ex en Cambados dice que se acuerda del disparo, pero no de apuntar

El ex guardia civil acusado de matar a su ex pareja en el cuartel de Cambados (Pontevedra) en diciembre de 2007, Jaime M.S., declaró hoy que se acuerda de haber escuchado la detonación del disparo que acabó con la vida de Mari Luz Posse, pero "de apuntarle no", puesto que había "bebido bastante".

"Me acuerdo del disparo, de apuntarle no. Empiezo a recordar a partir de la detonación" --que realizó con su arma reglamentaria--, aseveró el acusado en su declaración en la primera sesión del juicio celebrada en la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Pontevedra bajo fuertes medidas de seguridad y con una veintena de medios de comunicación diferentes acreditados. Preguntado si en el momento se enteró de que le había disparado a su ex pareja, respondió que "no".

Además, el ex guardia civil relató que, en el momento de ser consciente de que había matado a su ex pareja, se sintió "como el que va borracho y le tiran un cubo de agua fría". El fiscal y la acusación piden para el acusado 20 años de cárcel por asesinato mientras que la defensa solicita la libre absolución alegando una eximente "por embriaguez plena y alteración psíquica" o, de no admitirla, califica el delito de homicidio --penado con cinco años-- al no haber alevosía.

El acusado insistió al inicio de su declaración, con la que arrancó el juicio tras la constitución del jurado, que tenía "bastantes lagunas de ese día", pero resaltó que la jornada anterior había hablado por teléfono con la víctima "hora y pico" tras meses sin mantener contacto, pues había roto la relación iniciada en 2002 a finales de septiembre del mismo año en que ocurrió el crimen.

Así, recordó que la noche en que sucedieron los hechos habían quedado de hablar ya que los dos tenían sendas cenas. "En ningún momento de noche la estuve buscando", declaró el ex guardia civil y manifestó que no se acuerda de haber llamado a su ex, aunque respondió un "me imagino que sí" al ser preguntado por la fiscal si la había llamado como consta en los registros de su teléfono.

Al respecto, el abogado de la acusación que representa a los tres hijos de la fallecida señaló que entre las 5.58 y las 6.20 horas del día de los hechos constan "9 llamadas perdidas" del teléfono que Jaime M.S. reconoció como suyo, mientras que el acusado afirmó que sólo recuerda "una".

PRESENCIA ANTE EL DOMICILIO

Preguntado por su presencia frente al domicilio de la víctima cuando ésta llegó a casa acompañada de una amiga, el procesado, que se encuentra en libertad al no serle prorrogada a tiempo la prisión provisional, justificó que intentó hablar con ella pero le dijeron "que no quería". "Que no, que vete", sostuvo que le dijeron.

Asimismo, también negó que posteriormente entrara en el garaje de la mujer que iba con Mari Luz. "No me acuerdo de entrar en él", recalcó. "Fui una vez a casa de Mari Luz y después al cuartel", declaró, mientras que la acompañante de la víctima explicó que él regresó una segunda vez a donde residía su ex antes de desplazarse al cuartel.

Una vez en el cuartel, Jaime M.S. señaló que indicó a la patrulla que había sido movilizada tras una llamada de Mari Luz que no había "hecho nada". "Sólo fui a verla. Me dijeron que no me preocupara, que esperara en la puerta", aseveró y añadió que "se acuerda" de haber hablado con el guarda de puertas "y explicarle el problema".

Sobre lo que sucedió en el cuartel, al que la víctima había acudido a presentar una denuncia por supuesto acoso, el acusado recordó que cuando fue a hablar con ella ésta "no quería" y su amiga "gritaba que la dejara en paz" y "gesticulaba". No obstante, negó que hubiera empujado a la segunda. "No le he dado. Lo niego", apostilló.

ALCOHOL Y BAJA

Jaime M.S. resaltó en su declaración que "había bebido bastantes cubalibres" aquella noche antes de los hechos, precisando que se encontraba de vacaciones y que no tenía que entrar en servicio. Sin embargo, reconoció que condujo su vehículo bajo los efectos del alcohol sin tener "ningún problema", tanto hasta casa de la víctima como al cuartel. "Lo he hecho miles de veces", sostuvo en relación con los recorridos efectuados.

Asimismo, declaró no recordar que después de salir del hall del cuartel se dirigió a su casa, situada en las instalaciones, y subió al segundo piso, sin ascensor, cogió su arma --que dijo que guardaba cargada y preparada para disparar-- de una mesita en su habitación y regresó a donde se encontraba Mari Luz, al tiempo que negó recordar también haberle disparado. "Empiezo a recordar a partir de la detonación", subrayó.

"Pude haber comentado: qué he hecho o algo sí", explicó y negó recordar la frase que el guardia civil que estaba presente le escuchó: "Antes de que ella me arruine la vida a mi, me la arruino yo mismo". Posteriormente, explicó que el guarda de puertas le "quitó el arma" de la mano y sobre las 9.00 horas le practicaron la prueba de alcoholemia, en la que dio un resultado de 0,86 miligramos de alcohol por litro de aire espirado. "Se te baja todo, normal", matizó.

También afirmó que fue él quien había "roto" unos meses antes de los hechos la relación con Maria Luz Posse y apuntó que durante algo más de un año al final de la relación había estado a tratamiento y de "baja psicológica" por problemas con uno de los hijos de la víctima, quien lo había denunciado por malos tratos a su madre, aunque finalmente éste retiró la denuncia a petición de ella. Así, señaló que cuando sucedieron los hechos ya estaba de alta porque se "encontraba mejor" y "quería seguir" con su vida.

Sobre su relación con Mari Luz destacó que "no es cierto" que quisiera reanudar la relación con su ex, sino que "era ella" la que trataba de hacerlo, extremo desmentido en sus versiones por amigas de la víctima que testificaron posteriormente. "Rompí al final del tratamiento", puntualizó el acusado, quien recordó que había convivido con la víctima durante tres años, cesando la relación a finales de septiembre de 2007.

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