El hallazgo de terreno rocoso condiciona las obras de A Barca

Varios momentos del inicio de obra y de la circulación del tráfico entre Pontevedra y Poio durante el mediodía de ayer. javier cervera-mercadillo / Gonzalo garcía
photo_camera Varios momentos del inicio de obra y de la circulación del tráfico entre Pontevedra y Poio durante el mediodía de ayer. javier cervera-mercadillo / Gonzalo garcía

PONTEVEDRA. El hallazgo de terreno rocoso subterráneo entre la glorieta de Andurique y el Hotel Don Pepe condicionará el ritmo de las obras del nuevo abastecimiento de agua en Poio. El alcalde de esta localidad, Luciano Sobral, aseguró ayer que la complejidad de los trabajos podría prolongar su ejecución más allá de los dos meses previstos, aunque reconoció que la intención inicial era que la actuación se desarrollase durante un período de tiempo superior: tres meses.

A pesar de las complicaciones, el regidor poiense confía en que las obras puedan estar listas a finales de diciembre, antes de las vacaciones de Navidad. «Por iso me quero reunir mañá (por hoy) coa empresa para pedirlle que se axilicen o máximo posible», explicó.

La primera jornada de trabajos por parte de la concesionaria contratada por la Sociedad Estatal de Aguas de las Cuencas de España (Acuaes), que es la que promueve los trabajos en el marco de un convenio firmado con Poio y otros concellos de la ría, se limitó a los cortes de tráfico y a una primera inspección del terreno en el que se instalarán las nuevas canalizaciones. Este discurre entre las glorietas de Andurique y A Barca, lo que ha provocado la puesta en marcha de un dispositivo para reordenar el tráfico entre Poio y Pontevedra. «O gordo da obra farase a partires da semana que vén», indicó Sobral.

La escasa afluencia de coches evitó grandes atascos durante la primera jornada de cortes de tráfico en los accesos y salidas a la capital provincial y al concello de Poio, aunque sí se produjeron retenciones puntuales en la conexión entre las calles Domingo Fontán y la avenida de Uruguai con el nudo de Bomberos.

Siete equipos de agentes municipales (cinco en la capital provincial y dos en Poio) controlaron el tráfico en las principales vías afectadas por las obras de Acuaes. «No hubo más incidencias que despistes de algunos conductores que aún no tenían claro los cambios de dirección», explicaron responsables de la Policía Local.

El cierre del carril de salida del puente de A Barca y el corte al tráfico rodado de la calle Afonso XIII tampoco causaron retenciones. Algunos padres de alumnos del colegio Las Doroteas pudieron estacionar su vehículo en este vial, aunque de forma excepcional, mientras que otros decidieron compartir coche para recoger a sus hijos en el centro educativo.

Competencias

Sobral defendió ayer la independencia de su equipo de Gobierno a la hora de tomar decisiones que afecten a la localidad, una cuestión que el PP poiense cuestionó la semana pasada tras la decisión del Concello pontevedrés de impedir la salida de coches por el puente de A Barca. «Pontevedra pode facer o que queira no seu territorio, que Poio fará o mesmo no seu», subrayó.

El regidor nacionalista ve positivo que algunos comerciantes de la zona afectada por la obra aplaudan la posibilidad de convertir la avenida de A Barca en un bulevar con sentido único hacia la ciudad. El proyecto, que no solo dependería de la construcción de un nuevo vial por O Vao, facilitaría la propuesta de Pontevedra de implantar el sentido único en el puente que une ambos municipios.

«Perderemos clientes de Pontevedra e de Marín»

Los cambios de tráfico que desde ayer afectan a los concellos de Poio y Pontevedra parecen haber ignorado a los inquilinos del Centro Comercial A Barca. Su gerente, Olga Gonzálvez, criticó ayer que la Administración poiense no hubiese informado de las restricciones y auguró que estas tendrán un impacto negativo en la actividad comercial de las instalaciones. «É triste que só saibamos pola prensa este tipo de cousas», manifestó.

El corte del carril de salida del puente de A Barca, en dirección Poio, también preocupa a Gonzálvez. «Perderemos clientes de Pontevedra e incluso de Marín. Agardemos que os que temos en Poio se manteñan», explicó.

Una de las empresas más preocupadas por la duración de las obras y, por tanto, de los cortes de tráfico es Carrefour. El alcalde de Poio, Luciano Sobral, mantendrá el jueves un encuentro con responsables del hipermercado y del centro comercial para explicarles el plan de obra y los plazos previstos para su finalización.

La multinacional francesa ha realizado una importante reforma en sus instalaciones de A Barca con la dotación de más accesos y cambios de equipos de refrigeración. «Están moi preocupados porque estes traballos se poidan demorar ata o Nadal», aseguró Olga Gonzálvez.

El regidor poiense apeló ayer a la comprensión de los vecinos y comerciantes de la zona afectada por los trabajos de Acuaes debido a la necesidad de los mismos. «Con eles evitaranse problemas futuros como inundacións de baixos e garaxes e outras incidencias», destacó Sobral, que no descarta la posibilidad de realizar reuniones periódicas con los interesados para informar puntualmente sobre el grado de ejecución de la actuación.

43 negocios

El Centro Comercial A Barca alberga en la actualidad a 43 empresas a pesar de tener capacidad para 50. «Aínda que a situación é complicada, o certo é que estanse a dar aperturas de novos negocios. Sobre todo porque os prezos do arrendamento teñen baixado para facilitar a entrada de máis comercios», aseguró la gerente.

La instalación cuenta también con una gran bolsa de estacionamiento a través de su parking, que solamente es gratuito para los clientes durante la primera hora. El precio por aparcar en esta zona asciende a 1,20 euros por 60 minutos, aunque existe la posibilidad de reducir esta tarifa a 1,02 euros a través de tarjetas prepago.

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