PONTEVEDRA. J.L.G.V. pasó unos meses en el Centro Penitenciario de A Lama con carácter preventivo después de ser arrestado con droga para surtir a los consumidores de media Pontevedra. Ayer se presentó en la Sección Cuarta de la Audiencia Provincial (para sorpresa de algunos) y aceptó punto por punto la propuesta de pena del Ministerio Público: tres años de cárcel por un delito contra la salud pública y seis meses más por otro de falsedad documental. Tras firmar la sentencia abandonó el Pazo de Xustiza como si tal cosa.
Tiene a sus espaldas una condena a 15 años por homicidio (de la que solo cumplió una pequeña parte en la década de los 90), y los años de cárcel que se le impusieron ayer se convierten en su tercera cuenta pendiente con la Justicia: según trascendió, aún no ha cumplido una condena a diez años impuesta en 1998 por un delito contra la salud pública y otra de dos años por robo dictada en 2007. Así pues, en total, pasa a ‘deber’ 15 años y medio entre rejas. Pese a ello, nadie expuso la posibilidad de un riesgo de fuga más que seguro en el caso de esta persona que, además, destaca por su habilidad para delinquir bajo distintas identidades, como bien saben los agentes del Grupo Operativo de Tráfico Medio de Estupefacientes de la Comisaría Provincial de Pontevedra.
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