El matadero suma ya cinco meses de cierre y sin visos de reanudar la actividad próximamente

Instalaciones del matadero durante los días en que se produjo en cierre. javier cervera
photo_camera Instalaciones del matadero durante los días en que se produjo en cierre. javier cervera

El matadero municipal está a punto de cumplir cinco meses de cierre ininterrumpido, después de que la Consellería de Sanidade ordenara el cese de la actividad el pasado 30 de abril tras detectar varias deficiencias de carácter «higiénico, operativo y de diseño» que considera intolerables.

La situación ha obligado a la concesionaria, Carnifex S.L., a solicitar el concurso voluntario de acreedores y a decretar un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) para la totalidad de la plantilla, integrada por cerca de 20 operarios. Algunas fuentes próximas a la empresa aseguran que el proceso es reversible y que la apertura podría tener lugar en las próximas fechas. Sin embargo, su opinión difiere del devenir de los hechos que, cuando menos, prometen dilatar la reapertura.

Los técnicos municipales todavía ultiman el expediente informativo abierto por la Concellería de Promoción Económico el pasado mes de mayo para intentar arrojar algo más de luz sobre las condiciones de la explotación. Sobre todo, las que tienen que ver con la limpieza, conservación y mantenimiento de las instalaciones situadas en Alba, y con las actuaciones llevadas a cabo para la conservación higiénico-sanitaria de la planta.

El documento clarificará, entre otras cosas, si concurren circunstancias para sancionar a la empresa por el incumplimiento de la adjudicación. Dichas sanciones van desde e multas de carácter leve de 600 euros hasta infracciones de carácter muy grave, penalizadas con un desembolso de entre 6.010 y 60.101 euros que podría poner un punto y final a la concesión. Además, la adjudicataria podría ver resuelto su contrato, formalizado en enero de 2006, en el caso de que el Concello confirme que el cierre cautelar del matadero se debió a cuestiones de máxima gravedad.

Según precisan fuentes municipales, el informe se encuentra en la fase de redacción final, después de un «laborioso trabajo» de recabar documentación de la Consellería de Sanidade y la propia concesionaria. Así, el expediente podría ser aprobado por el Gobierno local en una de sus próximas reuniones.

Fuentes próximas a la empresa insisten en que la intención de la adjudicataria es resolver la situación cuanto antes para poder reanudar la actividad cuanto antes. «De hecho, la administradora concursal ya ha pedido a Sanidade información para ver las posibilidades de proceder a la apertura», añaden. Sin embargo, la delegación territorial de la Consellería de Sanidade replica que no ha vuelto a tener noticias del gestor de la empresa ni de su compromiso a corregir las deficiencias, por lo que ve difícil que la reapertura se produzca en un plazo breve de tiempo. El departamento autonómico es el que tiene la última palabra para autorizar el levantamiento del cierre cautelar, además de tener competencias para castigar los hechos cometidos. Sus responsables mantienen abierta la posibilidad de abrir un expediente sancionador que podría agravar la situación financiera de la firma.

El Concello podría sancionar a la empresa con multas de entre 600 y 60.000 euros, además de resolver el contrato

Repercusiones en la economía local

El contrato firmado en el año 2006 insta a la empresa concesionaria a reportar una serie de beneficios a las arcas locales, que incluyen un canon anual de 10.800 euros y un porcentaje de las tarifas de cada sacrificio. Estos ingresos oscilan entre los 0,15 y los 0,50 euros por kilo de carne, siendo la de porcino la más barata y la de equino la más cara. La de bovino tienen una carga intermedia de 0,21 euros por kilo. El cierre cautelar ha interrumpido este tipo de abonos, en detrimento de la economía local. Y todo ello sin olvidar que el canon también podría verse afectado por la suspensión de la actividad y la posible revocación del contrato .

Carniceros

El gremio de carniceros también se ha visto afectado por el cierre del matadero municipal. La primera repercusión se remonta al cese de la actividad, cuando fueron inmovilizadas más de cien piezas de ganado en las cámaras frigoríficas. Más recientemente, los carniceros se han visto obligados a contratar los servicios de matadero en otros lugares más alejados, con el consecuente sobrecoste.

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