El Santuario de A Peregrina se blindará contra ladrones y vándalos

El Santuario de la Divina Virgen Peregrina, uno de los monumentos religiosos de Pontevedra más visitados por los turistas (sobre todo por los peregrinos que recorren el Camino Portugués), quiere mejorar su aspecto (con actuciones de rehabilitación) y su seguridad (baraja la posibilidad de instalar cámaras de vigilancia), ya que en los últimos tiempos viene sufriendo una serie de actos vandálicos, como la rotura de sus vidrieras y el derribo de parte de la balaustrada de su atrio.

El templo, en el que los devotos veneran a la patrona de la provincia, presenta una serie de deficiencias a las que la Cofradía de Nuestra Señora del Refugio (que se encarga de su mantenimiento) está dando respuesta, siempre dentro de sus limitaciones presupuestarias. Así, el presidente de la entidad penitencial, Carlos Lino, y su tesorero, Javier Puig, recibieron este miércoles la subvención que les concedió la Deputación, que permitirá sufragar el 50 por ciento del coste de la reposición de las dos grandes vidrieras del santuario, realizada a finales de 2010.

Uno de los dos grandes ventanales artísticos situados en lo laterales del templo mariano (que tienen una antigüedad de entre 150 y 200 años, según los expertos) se hizo añicos por el impacto de una botella arrojada por unos vándalos. La fuerza del viento y los cambios de temperatura a los que estuvieron sometidas las vidrieras con el paso del tiempo habían causado su progresivo deterioro y hacían necesaria su urgente rehabilitación. La aportación económica de 6.021 euros, que entregó la deputada Ana Isabel Vázquez a los directivos de la Cofradía de A Peregrina, ayudará a afrontar parte de gastos de la reparación. ''Aunque la subvención no nos alcanza para hacer frente a la totalidad del coste de los trabajos, nos alegra que la Deputación utilice sus fondos para cubrir otras necesidades, sobre todo las de carácter social, que son muchas en estos tiempos de crisis económica'', apunta Lino.

La entidad religiosa depende de las ayudas económicas que le puedan ir concediendo las administraciones para ir acometiendo las obras, porque sus únicos ingresos proceden de los donativos de sus 900 cofrades (cada uno de los cuales aporta una media de entre 15 y 20 euros anuales) y de las limosnas de los feligreses.

''Los ingresos son mínimos. Esto nos obliga a hacer verdaderas filigranas para dar respuesta inmediata a las necesidades que van surgiendo y planificar las que podamos acometer en cuanto dispongamos del presupuesto necesario'', destaca el máximo responsable del colectivo penitencial.

Inquietud

Para Lino, resulta prioritario mejorar las medidas de seguridad del santuario para evitar que se puedan registrar sucesos como el que aconteció en la catedral de Santiago, con el robo del Códice Calixtino. Este hecho delictivo provocó una cierta inquietud en los gestores del Santuario de A Peregrina, no tanto por la posibilidad de que puedan ser sustraídos los objetos custodiados en su interior, sino por los daños que pudieran causar los ladrones en el interior de la iglesia.

Para prevenir este tipo de situaciones, la Cofradía se plantea la posibilidad de colocar nuevas cerraduras en las puertas de acceso al templo e instalar cámaras de seguridad, que ejercerían un efecto disuasorio.

''Aunque en este santuario no tenemos un Códice Calixtino -precisa Lino-, nos causaría un enorme disgusto que nos pudieran dañar la imagen de la Virgen o el retablo, porque además de su valor sentimental y artístico que atesoran no dispondríamos de presupuesto para reparar los daños''.

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