El Silencio supera los escollos

Un grupo de universitarios de Pontevedra que estudiaban en Santiago de Compostela fundaron en 1952 la Cofradía del Silencio, que tiene fijada su sede en la parroquia de San Bartolomé. El objetivo no les resultó sencillo, sobre todo por las dificultades de índole económico con las que se encontraron y que lograron evitar.

Salvó todas las dificultades con las que se ha ido encontrando a lo largo de su trayectoria en la Semana Santa de Pontevedra. La Cofradía del Silencio, que el pasado 27 de marzo cumplió 62 años, es una de las siete hermandades que han sabido adaptarse a las circunstancias para realzar los actos procesionales.

La Cofradía del Silencio surgió en 1952, tres años más tarde del ‘renacimiento’ de la Semana Santa ‘moderna’ de Pontevedra, que tuvo su origen en 1949, cuando Luis Pintos Fonseca, uno de los impulsores de este resurgimiento, realizó un gran trabajo de restauración y repintado de muchas de las figuras existentes, llegándose incluso a encontrar en algunas detalles propios del taller de Gregorio Fernández.

La entidad penitencial que tiene su sede en la parroquia de San Bartolomé fue fundada por varios pontevedreses que residían en la ciudad de Santiago de Compostela por motivos de estudios. Éstos se plantearon formar una nueva cofradía que diese mayor realce a las procesiones que ya se celebraban, pero la precariedad de medios con los que se encontraron, sobre todo económicos, hizo que ese objetivo no les resultara sencillo.

Fundadores

El presidente fundador de la Cofradía del Silencio, Francisco Ferreiro Sanz, y su junta directiva (que estuvo formada por Salvador Fernández Sansilvestre, Gaspar Carragal Yáñez, José Ángel Fernández Arruti y Enrique Marescot) recurrieron a la parroquia de San Bartolomé para efectuar los trámites necesarios para la fundación de la hermandad. La cofradía quedó enclavada en esta feligresía, en la que la figura de su párroco de aquel momento, Faustino Fray Lozano, desempeñó un papel fundamental para la constitución de la entidad penitencial. También el entonces arzobispo de Santiago, el cardenal Quiroga Palacios, facilitó en gran medida los trámites.

Una vez salvados estos inconvenientes, los fundadores de la Cofradía del Silencio solicitaron permiso a la Junta Coordinadora de la Semana Santa para participar en las procesiones del Jueves y Viernes Santo, e incluso para crear una nueva en el Martes Santo, en la que finalmente desfilaron con la imagen de Jesús Nazareno, que en la actualidad está expuesta al culto en la capilla de la calle Tetuán, donde el primer viernes de marzo miles de devotos acuden en peregrinación a cumplir con el ritual de solicitar las Tres Gracias.

Esta talla solo salió en la primera procesión, ya que la cofradía adquirió una imagen que no expuso al culto de los devotos para evitar tener dos esculturas religiosas en la misma parroquia que representan lo mismo.

El representante de la Cofradía del Silencio, Ramón Peón, un estudioso de la historia de esta hermandad y de la Semana Santa de Pontevedra (no en vano es el portavoz de la Junta Coordinadora en la que están representadas las siete cofradías), explica que «medio centenar de cofrades desfilaron el primer día y hubo otros muchos que, por diferentes razones, sobre todo económica, no llegaron a hacerlo. Como curiosidad -apostilla-, el Viernes Santo acompañaron al Calvario porque no disponían de paso para salir en procesión».

Cinco pesetas

Respecto a los problemas de índole económico con los que se encontraron los fundadores de la entidad penitencial, el secretario fundador de la Cofradía, Gaspar Carragal Yáñez, recordaba en un artículo editado en 2002 con motivo de las bodas de oro de la hermandad que, «aunque la cuota del recibo no era más de cinco pesetas, a algunos les resultaba gravoso, pues los tiempos eran difíciles y los sueldos pequeños ».

Señalaba que «la tela para los hábitos y capirotes se las proporcionó «un prestigioso industrial de esta plaza, muy amante de la Semana Santa», y que la confección se pagó a plazos. «Apenas había dinero para las hachas de la procesión y con todo esto, hemos dejado los hábitos completos, dalmáticas para niños y faroles para todos hasta la actualidad».

Por otro lado, la Cofradía del Silencio nombró presidenta de honor a la Escuela Naval Militar en la reunión de su junta de gobierno del 17 de abril de 1962, por lo que miembros de la institución castrense colaboran con la hermandad en las procesiones de Semana Santa.

Tres procesiones con cinco imágenes

La Cofradía del Silencio procesiona el Martes Santo con el paso de Jesús Nazareno y María Santísima de la Esperanza, el Jueves Santo con el paso de la Flagelación y Jesús Cautivo, y el Viernes Santo con la Virgen de las Angustias. «Otros años se portaron otros pasos, adecuándose la cofradía a las necesidades que tenía en cada momento la Semana Santa de Pontevedra», explica Ramón Peón, portavoz de la hermandad.

Los datos

  • Fundación: 27 de marzo de 1952.
  • Hábito: Túnica negra; cíngulo, capuz y guantes blancos y capa dorada (de color negro en el caso de los cargos de la hermandad).
  • Emblemas: El escudo de la entidad penitencial es la Cruz de Santiago en color rojo sobre fondo blanco.

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