El sol resucita para la última procesión de Semana Santa

PONTEVEDRA. Pasaban las ocho de la tarde de ayer cuando concluyó la misa del Domingo de Pascua en la iglesia de San José. Poco después, salió la procesión de la Sagrada Resurreción de Nuestro Señor Jesucristo, a cargo de la Cofradía de Nuestra Señora del Amor Hermoso.

Cientos de personas esperaban en Campolongo a que comenzase el recorrido, que partió de la plaza de la Constitución, continuó hacia la plaza de Galicia, subió por Andrés Muruais hasta García Camba, Oliva y plaza de San Xosé para volver a la plaza de Galicia y terminar en la iglesia de San José.

Encabezada por varios niños que portaban la cruz y el estandarte de la hermandad, la marcha transcurrió entre un pasillo de fieles que se extendía desde la iglesia hasta la plaza de Galicia.

Al ritmo de los tambores y las trompetas, dieciocho cofrades cargaron la imagen del Cristo resucitado, seguidos de otros encapuchados, niños vestidos de morado y blanco para la ocasión, una veintena de devotas iluminando su paso con velas, una representación de la Cofradía del Mayor Dolor de riguroso luto y numeroso público que se animó a seguir al grupo en su recorrido.

El sol acompañó el desfile tras una Semana Santa inestable. De hecho, a pesar del seco comienzo del año, las lluvias hicieron su primera presencia coincidiendo con las procesiones del Jueves y el Viernes Santo. Sin embargo, el mal tiempo no logró aguar la fiesta, aunque la procesión del Santo Entierro sufrió un pequeño retraso para evitar que las imágenes se vieran afectadas por las precipitaciones.

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