El sueño español se desinfla en Pontevedra

Mujeres inmigrantes en un curso de Cruz Roja. rafa fariña
photo_camera Mujeres inmigrantes en un curso de Cruz Roja. rafa fariña

El último censo facilitado por el Concello, correspondiente al pasado mes de noviembre, revela que en Pontevedra viven 3.496 personas extranjeras, cada uno de ella, con una historia a sus espaldas. Según la concelleira de Benestar Social, Carmen Fouces, «este é un número moi variable, pero si é certo que houbo un gran descenso de inmigrantes na cidade últimamente».

La valla de Melilla es, para muchos de ellos, la puerta a una vida mejor en la que ganar dinero para enviar a sus familias, pero una vez en España, se encuentran con una realidad muy distinta a la que les habían prometido.

Marruecos vive de lleno la situación de miles de personas procedentes del área subsahariana que intentan cruzar la frontera española.

El presidente de la asociación de marroquíes en Pontevedra, Mustafá El Abboubi, confiesa que la mayoría de sus compatriotas que residen en Galicia viven «ajenos a todos los problemas» que rodean la valla de Melilla, pero que cuando hablan con sus familias y les cuentan la situación, comprenden «el nerviosismo» que se respira en el entorno de la frontera. «Es increíble lo que está pasando», afirma, y opina que no cree que lleguen a Pontevedra más inmigrantes en los próximos meses. «Estamos muy lejos. Todos los que consigan pasar la valla se quedarán por el sur, en Andalucía y Murcia».

Mustafá recuerda que el pueblo marroquí está ayudando en estos momentos a personas procedentes de países subsaharianos como Mali, Guinea o Senegal «para que consigan llegar a España en las mejores condiciones posibles».

Más alejados de la polémica frontera pero igual de afectados se encuentran los senegaleses. Abdel Fatta es el presidente de la asociación Dioco, un colectivo pontevedrés formado por inmigrantes de este país africano en Pontevedra.

Fatta opina que en estos momentos sus compatriotas ya no se plantean venir a España. «Ahora la situación en Senegal es estable y por lo que les contamos los que vivimos aquí, saben que no les merece la pena arriesgarse para venir».

Muchos de los senegaleses que viven actualmente en Pontevedra llegaron a las costas españolas en cayucos y pateras, pero Fatta afirma que esta tendencia «está disminuyendo notablemente».

En cuanto al gran número de personas procedentes de países subsaharianos que aguardan tras la vaya de Melilla, Fatta defiende que hay «muy pocos senegaleses» y que «la mayoría son nativos de Mali o Congo», pero que «nunca se sabe» si vendrán más.

Retorno

La situación de escasez laboral que se vive en Pontevedra y en todo el país en general está provocando que la mayoría de los residentes extranjeros vuelvan a sus países de origen o que prueben suerte en otros lugares europeos.

Abdel Fatta cuenta que hace bastante tiempo que no vienen senegaleses a Pontevedra. Los últimos que vienieron «fueron mujeres e hijos de personas que ya llevaban viviendo aquí un tiempo, y todos ellos vinieron ya legales, con todos los papeles en regla».

El presidente de la asociación Dioco afirma que la situación en la que viven los senegaleses en Pontevedra es «mala», por culpa de la falta de trabajo. «La mayoría se dedican a la venta ambulante en mercadillos».

El tiempo que invierten en regularizar su situación en España va desde los 3 a los 6 años, según Fatta. Una vez que consiguen legalizar su estancia «lo único que quieren es trabajar, y ahora es muy difícil».

Es por eso que muchos senegaleses están volviendo «o barajan volver» a su país de origen, apunta Abdel Fatta, «o prueban suerte en otros países como Reino Unido».

La posición de los marroquíes en Pontevedra es similar. «Antes muchos tenían negocios de alfombras o herramientas, que ahora tuvieron que cerrar por culpa de la crisis y dedicarse simplemente a la venta en mercadillos», afirma Mustafá El Abboubi.

Muchos de los conciudadanos de Mustafá están volviendo a Marruecos y al igual que los senegaleses, emigrando a otros países europeos como «Bélgica o Francia» en busca de una oportunidad.

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