El trabajo está en manos de Jesús Nazareno

Aún no eran las siete de la mañana cuando se comenzó a formar una larga cola en la calle Tetuán. Con el paso de los minutos la fila fue creciendo y extendiéndose hasta la calle Churruchaos para alcanzar, al final de la jornada, la Praza de España. En tiempos de crisis (tanto económica como laboral o espiritual) se repite la misma imagen el primer viernes del mes de marzo, cuando cientos de devotos cumplen con el ritual de pedir a Jesús Nazareno las Tres Gracias, con la salud y el trabajo en la cabeza del ranking de las solicitudes más frecuentes.

Los fieles desfilaron por la ermita barroca -que tiene embutida en su fachada una pequeña imagen en piedra de la Virgen- hasta pasada la medianoche. «Cada uno de nosotros solicitamos la intercesión del Nazareno por diferentes motivos, aunque la salud es lo primero por lo que debemos velar. Si nos falta no podemos disfrutar de nada», explica Maricarmen Novegil, que acude a la cita con el Nazareno «desde que tengo uso de razón. Estoy a punto de cumplir 50 años y recuerdo que ya venía a rezar al Nazareno con mi abuela Clara, y quiero mantener esta tradición».

Decenas de velas y flores dieron luz y aportaron aroma al ritual cristiano. Además de las dos misas que ofició el párroco de San Bartolomé, Raúl Lage, a las siete y a las once de la mañana, los devotos participaron, por grupos, de la lectura de las Sagradas Escrituras que se desarrolló en la ermita a intervalos de siete minutos. Muchos de los creyentes portaron velas y flores, mientras que otros, los menos, entregaron exvotos de cera para pedir al Nazareno la curación de la enfermedad que padecen ellos o alguno de sus familiares.

La mayoría de los fieles prefirieron guardar el secreto sobre las Tres Gracias porque temen que no se cumplan si las revelan.

Espera

Grupos de voluntarios regularon el acceso al pequeño templo para agilizar las visitas y evitar que la larga cola acabase siendo kilométrica. Aún así, al mediodía la fila daba vuelta al Teatro Principal. «En años anteriores no había tanta gente, pero vale la pena esperar», señaló una mujer que se situó al final de la fila, consciente de que aún le quedaban muchos minutos de espera para llegar a su destino, la capilla del Nazareno.

Raúl Lage destacó en la homilía que «lo importante, en vez de pedir las Tres Gracias, es pedir la gracia de la vida y que la fuerza del Evangelio oriente nuestra existencia». Además, recordó que «Jesús nos dijo: pedid el reino de Dios y su justicia, y todo lo demás es una consecuencia. Lo importante no es lo que le pedimos al Señor, sino lo que él nos ofrece».

En todo caso, señaló que «la gente viene a pedir lo más importante, la vida y, por lo tanto, la salud, y un trabajo, que hoy en día está muy vinculado a la vida».

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