Casi 300.000 personas perdieron la vida en accidentes de tráfico en las carreteras españolas desde 1960. En los últimos 30 años, la cifra en Galicia fue de 11.178 y, de estas, 2.852 corresponden a la provincia. En lo que va de año murieron 18 personas en Pontevedra.
Son datos aportados ayer por la Subdelegación del Gobierno en Pontevedra con motivo del Día Mundial en Recuerdo de las Víctimas de Accidentes de Tráfico. El lema de este año, elegido por la ONU, fue Speed kills (la velocidad mata).
La velocidad inadecuada y las distracciones al volante son, precisamente, las principales causas de este tipo de siniestros, según destacó la jefa provincial de Tráfico, María Isabel Alonso de Linaje, tras el minuto de silencio en recuerdo de las víctimas que tuvo lugar delante de la Jefatura de Tráfico, en la calle Joaquín Costa. En el acto participaron también el subdelegado, Antonio Coello; el presidente de la Deputación, Rafael Louzán, y la diputada Begoña Estévez, además de un grupo de funcionarios y representantes de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.
El objetivo era tratar de concienciar a la ciudadanía de la «tragedia personal y social» que suponen los siniestros de circulación, además de «avivar la conciencia» en el ámbito de la seguridad vial, explicó la Subdelegación.
«El año pasado estuvimos en 33 víctimas por millón de habitantes, por debajo de la tasa media nacional de fallecimientos en España, que es de 36. Se trata de mejorar», apuntó Alonso de Linaje. Aunque la tendencia es la reducción de cifras, «es un problema de magnitud importante a nivel mundial», por lo que apeló a la prudencia de los conductores de cara a la campaña navideña, ya que «es previsible que las condiciones meteorológicas no sean las más favorables».
Unidad de víctimas
Para tratar de aliviar la situación derivada de un accidente, la DGT puso en marcha en febrero de 2013 la Unidad de Víctimas de Accidentes de Tráfico (UVAT), cuya responsable en Pontevedra es Ana Belén Diéguez. Se trata de ofrecerles toda la información necesaria en cada caso, a través de una atención personalizada y cercana, para establecer una relación entre la víctima y los sistemas jurídico-penal, policial, social y sanitario.
«O que facemos na Xefatura de Tráfico é un servizo de informativo. Escoitamos ás vítimas, vemos que problemas e necesidades teñen e tentamos asesoralas. Poñémolas en contacto para buscar un atestado, miramos se teñen dereito á xustiza gratuíta, contactamos cos traballadores sociais...». En la mayoría de los casos son trámites burocráticos. «Somos intermediarios. Non somos psicólogos nin avogados. No momento do accidente xa teñen bastantes problemas, é delicado e tentamos poñelos en contacto con todos os recursos dos que dispoñemos».
Pueden solicitar esta ayuda las víctimas o sus allegados, de 9.00 a 14.30 horas de forma presencial, o por teléfono a través del 060. Desde que se abrió la unidad se atendió a 175 personas telefónicamente y a 17 en la Jefatura.
La efemérides de ayer también tuvo un hueco en el Pleno del Concello de Pontevedra. Los miembros de la Corporación guardaron un minuto de silencio y el alcalde dio lectura a una declaración institucional.
Violencia vial
Lores hizo hincapié en el elevado peligro que supone la velocidad excesiva al volante, ya que «un atropelo a 70 por hora resulta case morte segura e a 30 por hora salvan a vida case todos os atropelados». Esa fue la razón por la que el Ayuntamiento acordó limitar a 30 kilómetros por hora la velocidad en todas las vías municipales.
Asimismo, destacó que los siniestros que se pueden catalogar como verdaderos accidentes por causas que no se pueden prever ni evitar «son unha ínfima parte da siniestralidade». La inmensa mayoría son debidos a causas evitables, por lo que la Asociación de Víctimas de Tráfico acuñó el término «violencia viaria». «Unha morte por condución desatenta ou exceso de velocidade non é un mero accidente».
Alento: «Estas cousas poden pasar. Hai que andar con coidado»
«O día de hoxe serve para concienciar á xente de que este tipo de cousas poden pasar, porque sempre pensamos que non nos van ocorrer a nós, aínda que poñamos as medidas preventivas. Hai que andar con coidado», señaló Sabina Gómez. Esta educadora familiar forma parte de Alento, Asociación de Dano Cerebral Adquirido, que ayer participó en el acto.
El colectivo, con sede en Vigo, está integrado por personas del área de influencia de la ciudad olívica con daño cerebral adquirido y sus familiares. «Son persoas que tiñan unha vida normal e nalgún momento sufriron un trauma que lles fixo cambiar a vida. Tiñan unhas características totalmente diferentes a outro tipo de discapacidade», por lo que hace 14 años se decidieron a crear la asociación.
Vídeo de la DGT
Aunque no son todos, la mayoría de integrantes de Alento, sobre todo los jóvenes, fueron víctimas de un accidente de tráfico.
Por eso colaboran con la DGT. «Un dos usuarios tamén participou nunha campaña da DGT para concienciar sobre o cambio de vida que supón un accidente de tráfico», recordó Gómez.
