''Es un deporte duro y por él he estado lejos de todo lo que quiero, pero me ha compensado''

Este jueves diario de Pontevedra distinguirá a Lourdes Domínguez con el premio Pontevedreses 2010 en el ámbito del deporte. La tenista, que no podrá acudir estra noche al Liceo Casino por estar preparando ya Wimbledon, responde tras caer en segunda ronda en la hierba de Hertogenbosch (Holanda). Al teléfono se pone una de las mejores 50 jugadoras del mundo y la mejor gallega de la historia.

¿Agotan los premios con que le ‘agobian’ año tras año en su ciudad?

¡Para nada! Todo lo contrario, es de agradecer. Y sobre todo cuando siempre has estado tan lejos, con el poco tiempo que tengo para ir a Pontevedra. Que todo el mundo me siga apoyando y se acuerde de mí me hace ilusión. Porque me encanta esa ciudad, que es mi casa, y es donde lo tengo todo.

Usted es profeta en su tierra. Aquí se le quiere y se le dice mucho, además.

Sí. Yo nunca he sentido que no fuera así. Siempre ha habido atención hacia mí y me he sentido protegida y querida por todos. He tenido su apoyo, el apoyo de la ciudad, a donde he ido, y sobre ese aspecto poco puedo añadir.

¿Qué queda de la niña del Club de Tenis?

Muchas cosas, porque aquella fue mi base. La Lourdes de hoy en día empezó ahí. Yo hoy en día toda esa ambición y toda esa ilusión la sigo manteniendo. Es cierto que ha habido momentos de lesiones en los que lo he pasado mal, porque en la trayectoria de un deportista hay momentos en las que las cosas no salen bien o lo que sea, pero ahora mismo, con treinta años y estando entre las cincuenta primeras del mundo, qué te voy a decir. La gente dice que es una ‘segunda juventud’: ¡tampoco es una segunda juventud! Sí soy mayor para este deporte, pero nunca lo he dejado de disfrutar. Eso siempre lo he llevado.

¿Por qué?

Porque siempre me ha apasionado el tenis y he tenido la suerte, y soy consciente de ello, de que soy una privilegiada porque hago lo que me gusta.

¿Creía que acabaría siendo el centro de su vida cuando empezaba? Una niña empieza a dar raquetazos más o menos bien, pero usted sabe que el circuito es de varias decenas de elegidos.

Sí, así es. Pero a mí el tenis me ha acabado dando muchísimas cosas. Es cierto que es un deporte individual, que es muy duro, y que al final por él estás lejos de todo lo que quieres: tu familia, tus amigos, tu ciudad. Mi residencia está ahora en Barcelona pero realmente tampoco estoy allí. Así que puede decirse que estoy haciendo lo que me gusta pero lejos de las cosas que quiero. Lo he elegido yo. Y desde pequeña ha sido mi sueño ser tenista profesional.

(Entrevista más completa en nuestra edición impresa del 16 de junio).

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