"Estoy muy agradecida por el premio de Boa Vila porque cada vez me siento más pontevedresa"

Blanca García, con el retrato de su marido al fondo.
photo_camera Blanca García, con el retrato de su marido al fondo.
Blanca García Montenegro recibe hoy de manos de la federación de vecinos ‘Boa Vila’ el premio Agasallo, que reconoce su trayectoria empresarial y como mujer y su trabajo en Pontevedra. Serán más de 150 personas las que la acompañarán en su homenaje, que recibe como «el mejor regalo que me podían haber hecho».

Usted es una mujer que ha recibido muchos premios en todos los ámbitos, ¿qué supone que en esta ocasión se lo conceda una federación de asociaciones de vecinos?

Para mi es un sentimiento muy profundo y personal. Es el mejor regalo que me podían haber hecho, porque viene de la ciudad, de la sociedad civil, de la gente de Pontevedra.

¿Cómo valora la respuesta de la gente? Según los organizadores ya hay unas 150 invitaciones retiradas para el homenaje.

Yo valoro muchísimo la capacidad de Mariluz Fernández, que es la presidenta de Boa Vila. Creo que ella es el alma de esto. Ha tenido una gran capacidad de movilización y el mérito es de ella, de Mariluz Fernández.

Se le reconoce su trayectoria empresarial y como mujer. ¿Cree que ha tenido una visión empresarial diferente a la que podría haber tenido un hombre?

No sé si mejor o peor, pero yo creo que los hombres y las mujeres tenemos una manera diferente de enfocar las empresas y las cosas. La mujer normalmente trabaja muchísimo más en equipo. Lo que le interesa es que salga hacia adelante el proyecto, no echarse los méritos ella, sino llegar al objetivo. Lo que le importan son los logros y no su éxito personal.

La capacidad de sacrificio también influye...

Sí, y sobre todo el trabajo en equipo, porque la mujer es capaz de hacer equipo y los equipos son los que consiguen que se aporte todo lo posible.

¿Piensa que las mujeres deberían animarse más a ser emprendedoras ?

Yo creo que hoy en día hay muchas emprendedoras. Además, la mujer en sí misma siempre ha sido muy creativa y emprendedora. Las estadísticas dirán una cosa, pero creo que la mujer es valiente y hoy en día la veo más emprendedora que al hombre, porque arriesga muchísimo más y se sacrifica muchísimo más.

En una situación de crisis cree que es la que tira más del carro...

Pues sí, es la que tira del carro y la que hace los milagros, entre comillas.

¿Cree que una pequeña parte del premio que recogerá mañana es del trabajo que realiza el periódico en Pontevedra?

El premio es para el periódico, para los que trabajan en el Diario, desde luego... Por su dedicación, su esfuerzo y por lo que sienten y se identifican con Pontevedra... porque eso se transmite al exterior.

La empresa que lidera llegó a Pontevedra en el año 2000 con una revolución tecnológica y profesional, ¿cuáles son los nuevos retos para Diario de Pontevedra?

Pues ahora estamos en un momento de transformación enorme, como creo que fue la imprenta. Estamos poniendo nuestro esfuerzo en las tecnologías digitales con un proyecto porque es lo que depara el futuro. No se trata de variar el contenido, porque periodismo siempre va a haber, sobre todo de calidad, sino el continente, que es lo que cambia.

La calidad debe seguir ahí.

Y es lo que nos debe diferenciar y lo que nos diferencia de lo que aparece en la red. El periodista siempre va a hacer falta, porque hay que contrastar la noticia, y no poner ahí cualquier cosa. Para fiarse de una información siempre habrá que irse a un sitio de referencia que son los periódicos.

¿La inmediatez que se pretende en la red es lo que hace que flojee la calidad?

Yo así lo veo. Ahora todo el mundo es periodista. Todo el mundo tiene su móvil y graba, hace y manda, pero sin contrastar para nada, y así salen los resbalones que se publican. Yo había hecho un discurso en Pontevedra en el que me había referido a los atentados de Boston, en el que las redes sociales daban inmediatez, pero se equivocaron al no contrastar las fuentes.

La prensa en general vive una crisis. ¿Hay una receta para poder afrontarla?

Creo que en estos tiempos tenemos que ser más creativos, innovadores. Es un momento de cambio en la sociedad y en la tecnología. Hay que subirse al tren. Pero no sabemos aún cuál es la estación de destino.

Su relación con Pontevedra ha ido en aumento desde que el Grupo El Progreso llegó al Sur de Galicia. ¿Le gusta esta ciudad?

Me encanta. Tengo ahí un pequeño apartamento porque es una ciudad que enamora. Las plazas, los ‘recunchos’... y lo mejor, la gente, que es animadísima. Siempre hay gente en la calle. Y el clima, que es estupendo. Pontevedra es una ciudad completísima. Además, tengo lazos de sangre ahora, porque dos de mis nietos, Teresa y Max, son pontevedreses y ellos me cuentan muchas cosas de Pontevedra. Me cuentan dónde juegan y cosas del colegio. Cada vez la relación es más intensa.

Hay un dicho que dice que ‘Pontevedra é boa vila e dá de beber a quen pasa’. Como anécdota, ¿ha bebido usted de alguna fuente en la ciudad?

Pues desgraciadamente no, pero espero beber (risas).

Y, metafóricamente, ¿le aporta mucho su llegada aquí?

Pues cada vez que voy ahí, Pontevedra me aporta alegría y tranquilidad. Me aporta la gran calidad de vida que hay ahí y que muchas veces, cuando se está en los sitios, no se es consciente de que se tiene, pero cuando se llega de fuera se ve. Sobre el carácter de la gente... Lugo es una ciudad más de interior, aunque tiene la zona de la Mariña, pero la gente es de otra manera. Ahí en Pontevedra es mucho más abierta. Yo la compararía con la gente más mediterránea, más meridional.

¿Qué dirá mañana -por hoy- en el acto de Boa Vila al recibir el Agasallo?

Pues que tengo que estar muy agradecida a la Federación Boa Vila, porque los nombres de las personas e instituciones a las que les han dado otros años el Agasallo pertenecen a la esencia de Pontevedra, y considerarnos a nosotros de esa manera es motivo de gran satisfacción. Yo me siento cada vez más pontevedresa.

Comentarios