Familias en lista de espera del programa Ludoverán urgen la ampliación de plazas

Un total de 645 niños se quedaron sin plaza en el programa Ludoverán que organiza el Concello. Ana María Pena y Minia Braña son dos de las madres que figuran en lista de espera y critican la mala organización a la hora de aplicar los criterios de selección a la vez que instan al Gobierno local a que amplíe el número de plazas, a la vista de la enorme demanda suscitada.

Desde el Concello se aseguró que las actividades y la inscripción eran totalmente gratuitas, «pero las personas que contrataban servicios extras, como el plan Madruga o el comedor, tenían prioridad frente a las que no los querían», aseguran. Ana María Pena cita un caso clarificador: «Yo me pasé desde las seis de la mañana del lunes haciendo cola y me quedé fuera. Y una madre que fue el jueves (último día) a las nueve y diez de la mañana sí consiguió plaza, porque contrató el plan Madruga».

De hecho, ambas madres afirman que el mismo lunes, en cuanto se corrió la voz en la cola de que había dos listas diferentes y que la contratación de servicios tenía prioridad, muchas personas apuntaron a sus hijos en el plan Madruga, aunque no tuviesen intención real de utilizarlo. Esta picaresca les garantizaba una plaza. «El plan Madruga cuesta 28 euros por quincena y niño, y el comedor 55 euros. Yo tengo dos hijos y necesito inscribirlos un mes. ¿Por qué me empujan a gastarme 112 euros para conseguir plaza si, supuestamente, el programa es gratuito?», se pregunta Ana.

Tanto ella como su amiga Minia llevaban años utilizando este servicio municipal. «Antes pagabas 35 euros, pero sabías que tendrías una plaza». Últimamente, y debido a la excesiva demanda, se hacía un sorteo entre las solicitantes. «Si te quedabas fuera te buscabas la vida, pero al menos todos competíamos en igualdad de condiciones», reprochan.

Las dos mujeres están convencidas de que, como ellas, muchas otras familias se encuentran en esta situación, por lo que piden al Concello que amplíe las plazas del Ludoverán «ahora que están a tiempo». En el caso de Ana, no sólo está en juego su vida familiar, sino también su propio empleo.

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