El concejal y secretario general del PSOE local, Agustín Fernández, presentó ayer de forma oficial su candidatura a las primarias, un proceso común al resto del Estado en el que los militantes socialistas elegirán al próximo aspirante a la Alcaldía.
Su carta de presentación comenzó con un primer descarte: el de «cualquier privilegio» que le allane el camino hacia las elecciones. Fernández se ha negado a presentarse como cabeza de cartel de la ejecutiva y participará en el proceso como su adversaria, María José Fariña, «para estar en igualdad de condiciones». Así, deberá recoger 63 avales (equivalentes al 20% de los miliantes) antes del 17 de noviembre y acatar lo que suceda el día 30, cuando se prevé celebrar la votación.
Fernández se definió como un «tipo normal y decente» que ha decidido dar el paso por dos razones: porque cree que «es el tiempo de la política» y porque cree firmemente en su proyecto. El socialista tiene claro «cuáles deben ser las prioridades de cualquier alcalde que gobierne Pontevedra» y avanzó que dentro de su hoja de ruta no hay espacio ni para Ence ni para la planta de compostaje que ha impulsado su socio de Gobierno (BNG) junto con la Deputación.
«Asumo la posición del PSOE de que Ence tiene que irse de la ría como muy tarde en 2018, aunque personalmente preferiría que fuese ya, por lo que me opongo radicalmente a cualquier tipo de prórroga. Respecto a la planta de compost, estoy a favor de nuevas fórmulas de gestión de residuos, pero no acepto crear un vertedero en los montes del ayuntamiento cuando hay unos espacios magníficos que se llaman polígonos industriales», subrayó.
Por el contrario, el socialista promete rescatar una vieja demanda, el Plan Xeral de Ordenación Municipal (PXOM), paralizado hace años por la falta de acuerdo con la Xunta: «No podemos amoldar la realidad del siglo XXI a un Plan del siglo pasado. Necesitamos un puerto seco y un polígono comercial, además de ordenar los barrios y los núcleos rurales, por lo que trabajaremos para impulsar un nuevo documento».
La elaboración de un plan de estímulo económico será otro de los ejes del programa, con el que promete garantizar el acceso universal a los servicios públicos y secuestrar la «autocomplacencia por tener una ciudad amable». «Otro reto será trabajar por los barrios periféricos e iniciar un camino para formar parte del club de las ciudades eficientes», dijo.
Sobre su adversaria agradeció su valentía, «porque no es fácil dar la cara», y destacó «la amistad y cariño que nos profesamos». Sobre su antecesor, Antón Louro, descartó rencores: «Conoce mis intenciones desde hace tiempo y, si doy este paso, es porque sabía que él había decidido no hacerlo».
