Funespaña tratará de reactivar su proyecto de crematorio en San Amaro

PONTEVEDRA. Funespaña tratará de reactivar su proyecto para abrir un crematorio en la parroquia de San Amaro, justo enfrente al cementerio. Responsables de la empresa valoraron ayer con cautela la aprobación provisional de la modificación del plan urbanístico (PGOU) que limitará la construcción de este tipo de instalaciones en Pontevedra. Solo se podrán edificar hornos en suelo rústico, polígonos industriales o cementerios y se prohibirá que las incineradoras se ubiquen a menos de 50 metros de las casas. «Todavía queda un recorrido complicado», afirmaron las mismas fuentes.

La empresa funeraria es la única que en la actualidad cumple con los requisitos que se estipulan en la nueva normativa municipal, que cuenta con el visto bueno de todos los técnicos del Concello. Representantes de Funespaña reconocen que el plan de obra, que ha sufrido varios retrasos, y la ejecución de la misma dependerán en gran medida de que la regulación local sea aprobada de forma definitiva por la Xunta de Galicia, un proceso para el que habrá que esperar al año que viene.

Los mismos informadores recordaron que el proyecto que impulsan en San Amaro contó en 2009 con el apoyo de la Corporación municipal (PP, PSOE y BNG). Por aquel entonces, era la empresa Sempsa la que promovía la obra. Meses más tarde, en 2010, Funespaña absorvió esta compañía y heredó su plan de infraestructuras.

Las características

Los únicos datos que han trascendido sobre el crematorio de San Amaro es que contaría con un presupuesto de unos dos millones de euros y ocuparía una superficie de 2.000 metros cuadrados. La construcción dispondría con cinco salas de velatorio, una de ellas VIP, y una capilla multiconfesional, preparada para acoger actos funerarios de distintas religiones.

El edificio contaría también con una cafetería-restaurante, una tienda de artículos funeraios (en la que se podría comprar desde lápidas a vasijas para las cenizas), un almacén, varias oficinas y dos aparcamientos. Uno de ellos, de 140 plazas, al aire libre, y otro de carácter privado.

Funespaña prevé además poner en marcha en el citado centro una sala de tanatopraxia, que es la zona en donde se preparan los cadáveres y en la que se aplican distintas técnicas de conservación, así como áreas ajardinadas.

Los trámites

La nueva normativa sobre crematorios que el Pleno de la Corporación municipal aprobó el lunes de forma provisional deberá recorrer aún varios trámites para su aprobación definitiva. El primero de ellos tiene que ver con su exposición al público, en la que se podrán presentar las alegaciones que se estimen oportunas durante un plazo de dos meses, un paso que comenzará después de que la regulación se publique en los boletines oficiales.

El acuerdo plenario, que ha contado con los votos positivos del BNG y del PSOE y el rechazo del PP, supondrá una nueva suspensión de licencias para la apertura de crematorios durante un plazo máximo de dos años, que afectará a las empresas que no cumplan con los requisitos exigidos en la nueva directriz. Es decir, a los proyectos que promueven Pompas Fúnebres y Alianza y Barros en Arzobispo Malvar, el de Servicios Funerarios San Marcos en San Amaro y el de Albia en la rotonda de acceso a Montecelo.

La aprobación definitiva de la norma dependerá de la Xunta, que dispondrá de un plazo máximo de tres meses después de que el Concello resuelva las posibles alegaciones.

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