La profanación del panteón familiar que se produjo la semana pasada en el cementerio de San Mauro está cerca de ser esclarecida. El hallazgo de la caja que fue robada (que apareció tirada y destrozada en una cuneta del propio camposanto) supone el primer paso para dar con los supuestos autores de los hechos. Operarios de las instalaciones municipales, que encontraron el objeto, informaron de ello a la familia Casal Camacho (‘El Bobo’, uno de los hermanos del fallecido, se encontraba haciendo guardia en el camposanto), y los denunciantes pusieron el objeto en manos de la Brigada Provincial de Policía Científica para que pueda avanzar en la investigación.
Jesús Casal, otro de los hermanos del fallecido, fue el encargado de llevar la caja a la Comisaría Provincial (donde días atrás había presentado la preceptiva denuncia). Los cacos no tuvieron pudor a la hora de forzar la cerradura del cofre para apoderarse de los objetos del interior. Sin embargo, Casal Camacho explicó que algunos de ellos aparecieron junto a la caja. Los ladrones solo se llevaron aquello que les interesaba, dejando el resto tirado en las inmediaciones del lugar de los hechos, el cementerio de San Mauro.
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