''He escrito este libro de forma automática, los versos me salían de un lugar que ni yo sé''

Rafael Pintos trabaja ahora en dos nuevos libros. DAVID FREIRE
photo_camera Rafael Pintos trabaja ahora en dos nuevos libros. DAVID FREIRE

«Ahora me paso por ahí», sugiere Pintos para la entrevista. Escoge un momento libre a última hora de la mañana. En una bolsa lleva una orquídea morada para regalar que coloca en el suelo con cuidado antes de empezar a hablar. En casa lo esperan para comer.

¿Sobre qué trata el libro ‘Cartas de un submarinista’?

Es un homenaje a la vida y obra del pintor Urbano Lugrís. A mí me gusta mucho la obra del autor -decano de los pintores surrealistas gallegos- y el mar. Toda mi vida ha pasado al lado del mar, en A Lanzada, en Agrelo, o San Vicente do Mar; además, de niño crecí entre Aguete y Lapamán. Por eso he querido hacer un homenaje al mar a través de un discurso iconográfico surrealista. Lo he escrito de forma casi automática, ya que los versos me iban saliendo de un lugar que ni yo mismo sé, son brotes espontáneos que aparecen de forma muy rica. Además he creado otro heterónimo para esta obra, he dejado atrás a Wladimir y ahora firmo como Ladislav Fonteufel. Al igual que Pessoa, me gusta crear heterónimos para crear discursos distintos a los demás. Mi poesía inicial y la que está escrita en gallego tiene mucho de eclecticismo, mezclando el simbolismo baudeleiriano, el romanticismo negro de Edgar Allan Poe y el dadaísmo y el surrealismo. Partiendo de esos parámetros me voy a un discurso surrealista por completo. En la presentación que vamos a hacer hoy, Juan Luis Pérez Poza y yo hablaremos de la poesía desde Andre Breton, Paul Éluard, Christian Schad y, por supuesto, Salvador Dalí. Hay gente que piensa que Dalí era incluso mejor como escritor que como pintor.

A veces las artes se mezclan, como en este libro, en el que a partir de las pinturas de Lugrís usted escribe poesía…

Lugrís también era un buen poeta.

¿Cuándo se fijó en él para escribir esta obra?

Desde muy pequeño tuve acceso al Museo, por amistad con Filgueira, y además tuve referencias de los hermanos Granell. Algunos de mis mentores intelectuales me lo señalaron y efectivamente concordó con mis gustos e inquietudes. Ese onirismo submarino me cautivó. La gente no sabe que Julio Verne se inspiró en los galeones hundidos en Rande para escribir su libro ‘20.000 leguas de viaje submarino’. Además, cuando estuvo aquí en 1898 había habido una captura de un calamar gigante por parte de un buque pesquero y eso también le sirvió de inspiración a Verne. Cuando yo escogí la portada de mi poemario pensé en esto, y por eso elegí el cuadro ‘Homenaxe aos galegos de Rande’, de Lugrís. En esta obra se ven unas imágenes muy limpias del fondo submarino que, obviamente, no se corresponden con la realidad, porque esos galeones están enterrados entre el lodo y el fango.

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