PONTEVEDRA. Las reiteradas quejas de vecinos y viandantes por la actitud incívica (y, en ocasiones, delictiva) del grupo de personas que frecuenta el entorno de A Ferrería han acabado dando sus frutos. La Policía Local sometió a estos individuos a una vigilanciamuy estrecha para certificar lo que era una evidencia: que consumían drogas con total impunidad, sin importarles que a escasos metros hubiesen bebés y niños jugando.
El operativo policial se puso en marcha a lo largo del mes de abril y dio sus primeros frutos el pasado día 3. Después de ser testigos del trapicheo, los agentes procedieron a imputar a un varón de 41 años por tráfico de drogas a pequeña escala. En ese momento también fueron denunciadas otras dos personas por tenencia y consumo de hachís en la vía pública.
Sin embargo, y pese a saberse objeto de un seguimiento, estas personas continuaron con actitudes poco correctas, a tenor de las quejas que los ciudadanos seguían trasladando a la Policía Local. «Liaban y fumaban porros con total impunidad, bebían alcohol hasta emborracharse, discutían a grito pelado y, a veces, llegaban a pelearse», explica la propietaria de un negocio de A Ferrería.
Cuando llovía, el grupo se guarecía en los bajos de la Casa Sindical; cuando hacía buen tiempo, ocupaban los jardines de Casto Sampedro. «Si tenían calor se bañaban en la fuente y ponían la ropa a secar sobre el cesped», apunta un vecino.
Pero comportamientos incívicos al margen, la Policía Local volvió a constatar que el trapicheo continuaba, por lo que volvió a articular un segundo operativo. El resultado fue el de un hombre de 44 años imputado por tráfico de drogas y otros tres denunciados por consumirla en la calle. La droga incuatada y las diligencias fueron trasladados al Juzgado.
