Los peritos que realizaron un informe psicológico sobre las dos niñas naturales de Sierra Leona que denunciaron que su padre las violó, abusó de ellas, maltrató e insultó durante más de un año en su piso de Marín aseguran que las declaraciones de las chicas, que entonces tenían 13 y 14 años, "son altamente creíbles" y no mostraron ninguna duda sobre la relación causa-efecto que existe entre algunas de las secuelas psicológicas que han quedado en las menores y las agresiones a las que fueron sometidas por su progenitor: Unissa Mansaray.
Durante el segundo día del juicio celebrado en la Audiencia Provincial contra este vecino de Pontevedra, pero natural de Sierra Leona, el fiscal mantuvo sus acusaciones y sigue considerando que es autor directo de 31 delitos de violación, uno de agresión sexual y otro de maltrato habitual en el ámbito familiar, por los que debe ser condenado a 476 años y la pérdida de la tutela de sus hijas, que en la actualidad ya son mayores de edad.
Los peritos destacaron que no sólo hay una "alta verosimilitud" en su testimonio, sino que "no hay motivo alguno que pueda poner de manifiesto que las niñas presentaran una denuncia falsa". Además, señalaron que a ambas les quedaron numerosas secuelas psicológicas y que, en la mayoría de ellas, se puede concluir que hay una relación causa-efecto y "son derivadas de las agresiones y el maltrato".
Entre las consecuencias más detacables del maltrato, los psicólogos señalan que la mayor de ambas sufrió una regresión en la infancia, perdió la idea espacio-tiempo, no conocía a las personas de su entorno y empezó a hablar su idioma natal. Además presentó tendencias suicidas y un día quiso clavarse unas tijeras en la garganta. En cuanto a la menor, un día intentó tirarse desde la ventana de un tercer piso y sufre hipocondría con depresión, dificultades para concentrarse en el estudio y desajuste psicológico.
Por otra parte, los forenses señalaron que, mientras la mayor de las niñas (la que supuestamente fue violada de dos veces al mes durante más de un año) tiene el himen roto, la menor, a la que, según su relato, efl padre le introdujo varios dedos en la vagina, seguía siendo virgen cuando fue examinada tras la denuncia.
