La DGT ampliará a toda España la Zona 30 que instauró el centro de Pontevedra

La limitación de velocidad a 30 kilómetros por hora que instauró el Gobierno local en todo el casco urbano el año pasado recibió hoy el reconocimiento más significativo que podía haber obtenido. Y es que, según conoció el propio alcalde en el II Segundo Encuentro de Ciudades para la Seguridad Vial que se está celerando en Córdoba, la Dirección General de Tráfico (DGT) introducirá la misma restricción en las vías urbanas de un solo carril o de un carril único por sentido, una vez que se modifique el Reglamento General de Circulación.

Anunciada por el director general de Tráfico, Pere Navarro, la medida tiene como objetivo reducir a la mitad los atropellos a peatones en las ciudades del territorio estatal, que en 2009 costaron la vida a 268 personas, el 46% de las víctimas mortales en accidentes en zonas urbanas. No en vano, Navarro sacó a colación que a 70 kilómetros por hora «no se salva nadie», que a 50 «se salva el cincuenta por ciento» y que a 30 «el 95 por ciento de los peatones».

Durante el encuentro también trascendió que la limitación necesitará el sembrado de señales en las vías públicas, solo que en su justa medida. Como ocurre en el Concello de Pontevedra, el Gobierno central echará mano de otras opciones para luchar contra la contaminación visual que causan las advertencias, ya sea mediante el estrechamiento en el comienzo de las vías o la impresión de marcas en el asfalto, como las que lucen desde hace tiempo en varios viales de la ciudad del Lérez.

INSTALACIÓN DE LOMBOS

La instalación de los lombos salió entonces al escenario. Lo hizo de la mano de muchos responsables, pero el que habló con más causa de razón fue Lores. Protagonista de la primera comunicación que abrió el encuentro, el nacionalista subrayó la necesidad de colocar badenes para garantizar la efectividad de los 30 km/h. «De nada sirven las señales obligatorias si un pequeño porcentaje, pongamos el 10 o el 15%, de los conductores no las respetan, porque incluso prococan más problemas, como adelantamientos indebidos, bocinazos. Para garantizar esa velocidad es necesario recurrir a elementos físicos del calmado del tráfico, como los badenes, auténticos salvavidas del asfalto urbano», defendió.

Aprovechando el contexto, Lores presumió ante el auditorio, formado por más de 500 personas relacionadas con las distintas esferas del tráfico y las ciudades, de una Pontevedra pionera y avanzada en el proceso de implantación de los 30 Km/h: «Toda la ciudad tiene limitada la velocidad máxima a 30 Km/h, con las barreras físticas correspondientes». Y todo ello, como preludio al gran mensaje: «Ningún muerto y ningún herido grave en las zonas tratadas en los últimos 11 años».

(Amplia información en nuestra edición impresa del viernes, 18 de febrero)

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