Se desploma la facturación de la lonja de Pontevedra

La rula del Mercado generó 62.448 euros entre enero y agosto, un 20% menos que en 2015 y muy lejos de los 410.000 euros de 2005, su mejor registro. Una única trabajadora asume este servicio desde hace un año
La rula de la ciudad está situada en el Mercado de Abastos.
photo_camera La rula de la ciudad está situada en el Mercado de Abastos.

La lonja de Pontevedra vive sus horas más bajas. Su rentabilidad ha caído en picado debido al desplome de sus ventas, lo que la ha convertido en la instalación de subasta de pescado y marisco con peores resultados económicos de las 21 que existen en la provincia.

Entre enero y agosto de este año, la rula situada en la primera planta del Mercado de Abastos facturó 62.448,10 euros, lo que supone un 20,14% menos que en el mismo período de 2015. El volumen de negocio es todavía inferior si se compara con los 410.614 euros que generó en los primeros meses de 2005, lo que supone su mejor registro.

Esta situación podría afectar a la viabilidad del servicio, que desde hace aproximadamente un año gestiona una única trabajadora y que, con anterioridad a esta época de vacas flacas, daba empleo a dos personas más.

Según los datos recogidos en la plataforma pesquera de la Xunta, más de la mitad de la facturación de la lonja de la Plaza se debe a la venta de camarón común. De hecho, entre el 1 de enero y el 31 de agosto de 2016 se subastaron 1.627 kilos de este crustáceo, lo que generó ventas por valor de 33.816 euros.

El Concello se replantea la reubicación de la instalación, que solo ha generado 2.500 € de beneficio a su responsable tras ocho meses de trabajo

La variedad de productos del mar que comercializa la rula pontevedresa es escasa si se compara con las del resto de la ría. La subasta se redujo a nueve especies de pescado, moluscos o marisco: camarón, nécora, centollo, choco, congrio, lenguado, bogavante, percebe y pulpo.

MUNICIPAL. Los principales clientes de la lonja de la Plaza son empresarios del sector hostelero y los beneficios que obtiene su única trabajadora son escasos. ¿Por qué? Porque solo se queda con un 4% del dinero que generan las ventas, según fuentes consultadas por este periódico. Es decir, que este año apenas habría ingresado 2.500 euros por ocho meses de trabajo.

La escasa rentabilidad de la rula ha alterado los planes del Concello para la Plaza. Ahora se replantea la posibilidad de mantener la subasta en la primera planta el edificio y dejar sin efecto su reubicación en la entrada, en la zona más próxima a los puestos de venta de pescado y marisco.

Aunque la decisión municipal todavía no es firme, lo cierto es que el traslado de la rula -cuyo futuro podría estar en entredicho- conllevaría un gasto para las arcas públicas.

En paralelo a esta cuestión, el Gobierno local continúa con la tramitación del nuevo reglamento de mercados. El documento, que acumula cierto retraso, abrirá la puerta a que, por primera vez, los puestos vacíos del Mercado puedan alquilarse, como máximo, durante cuatro años. La nueva normativa contará con la voz del sector, que ya ha hecho sus aportaciones.

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