La Ferretería Varela, un negocio histórico para la ciudad, cierra sus puertas después de 142 años, en los que trabajaron cuatro generaciones.
Fue en 1875 cuando se fundó, a cargo de Saturnino Varela Oriundo de León, un pontevedrés que con todo su cariño montó el negocio en la Plaza de Curros Enrríquez, en una de las casas que había antes de que se construyera Almacenes Olmedo.
En 1897, en subasta pública, Varela compró al Concello de Pontevedra el terreno que había dejado el viejo Hospital de San Juan de Dios (el local del Burguer King, en la actualidad). Y fue ahí, después de derribar el hospital, donde Saturnino Varela mandó construir la ferretería, en la cual se trabajó hasta 1989. Su hijo, Rafael Varela Feijóo, se puso al mando del negocio tras fallecer su padre y cambió el nombre a Hijo de Saturnino Varela. En esta época también trabajaron sus nietos: Rafael, Antonio, Luis y Gonzalo Varela. Rafael Varela Pasarín fue la tercera generación que se encargó de sacar adelante la ferretería.
Posteriormente, el edificio pasó a manos de Caja Postal y fue cuando se reformó para estar ocupado más de un año. Después, la sociedad Casino Mercantil e Industrial lo adquirió. Actualmente, en dicho emplazamiento, se encuentra el conocido Burguer King.
La ferretería se traspasó al edificio de enfrente en el año 89, el cual también había comprado Saturnino Varela, en la calle Don Gonzalo nº 4. A cargo de Rafael Varela Pedrosa, el bisnieto del fundador, el negocio sobrevivió hasta la actualidad, cerrando por la jubilación de esta cuarta generación cuya descendencia no va a proseguir con el negocio. "No es por deudas ni mucho menos, sino porque me jubilo y ninguno de mis hijos quiere seguir con el negocio familiar", declaró el dueño actual.
Desde la colocación del cartel de liquidación por jubilación, en una semana, poco más de la mitad de la mercancía del local se ha vendido. "Cuando colocamos el cartel yo tenía pensado cerrar sobre el mes de octubre, pero voy a tener que hacerlo antes", declaró Rafael Varela.
En las redes sociales también se ha hablado del tema, con debates sobre los motivos del cierre del negocio Varela, pero sobre todo, con pena por ello. Algunas de las opiniones: "No lo puedo creer... ¡Qué pena!", comenta Raúl Fernández; "É triste, moi triste e así ata que esa rúa esté viva solamente durante as festas ...", dice Francisco José Fariña, y "Cada vez perdemos más identidad en la ciudad", expresa Wladimir Dragossan.
Una ferretería que permaneció en esta ciudad durante tantos años cierra sus puertas este próximo otoño. A diario, son muchos los clientes que pasan por ahí y se fijan en el cartel, se quedan mirando el escaparate y entran a comprar sus últimas existencias, porque aunque estuvo en la ciudad 142 años, es ahora, a su cierre, cuando se llena de gente preguntando interesada por la historia, el negocio y sus productos. Y mientras compran o miran lo que queda en ella, se despiden de uno de los negocios más históricos de la ciudad de Pontevedra.
